El Cardenal Leonardo Sandri, vice decano del Colegio Cardenalicio, presidió la ceremonia junto con los otros Cardenales que se encuentran en Roma.

Al finalizar la ceremonia, el Papa Francisco presidió el rito de la “Ultima Commendatio” y de la “Valedictio”.

En su homilía, el Cardenal Sandri definió al Cardenal Grocholewski como un “peregrino de la fe y en la fe” que supo ver las semillas de santidad en el camino de la Iglesia de toda época.

“Cada día pidió la gracia de que lo que celebraba sobre el altar se convirtiese en fuente de pensamientos y de acciones cotidianas” en su servicio “humilde y atento” en Roma, en el estudio del Derecho Canónico, en la enseñanza y en los diferentes encargos que desempeñó primero en el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica y luego en la Congregación para la Educación Católica.

Al finalizar la ceremonia, el Cardenal Sandri leyó una parte del testamento espiritual del Cardenal Grocholewski: “A Dios, en la Santísima Trinidad, expreso mi profunda gratitud y homenaje por el don de la vida, el sacerdocio y por todas las gracias recibidas. Sea bendito Dios”.

“Profundamente convencido de que el único camino justo de la vida en la tierra y que la única verdadera grandeza del hombre es la santidad y al mismo tiempo consciente de mis debilidades, negligencias y pecados, me humillo ante la Majestad divina confiando en su infinita Misericordia. Señor ten piedad de mí, pecador. Les pido a todos que recen por mí”.