Con motivo del “Ni una menos” que se celebra este 3 de junio, la Acción Católica Argentina ofreció dos propuestas para las mujeres y varones de bien, que tienen como objetivo ayudar a “vivir, cuidarnos y ayudar a madurar una cultura de la reciprocidad y del respeto para construir una sociedad sin violencia contra las mujeres”. 

Por un lado, con el título “No hay amor si no hay respeto”, recordaron las enseñanzas del papa Francisco en la exhortación Amoris laetitia: “No se terminan de erradicar costumbres inaceptables. Destaco la vergonzosa violencia que a veces se ejerce sobre las mujeres, el maltrato familiar y distintas formas de esclavitud que no constituyen una muestra de fuerza masculina sino una cobarde degradación”. 

En ese sentido, animaron: “No naturalicemos la subordinación, promovamos la reciprocidad. Son muchas las situaciones en las que la mujer no es respetada”, señalaron. “Algunas veces esa situación parece ‘naturalizada’, bajo un modelo de subordinación social de la mujer al varón , modelo que si bien actualmente se encuentra cuestionado y va dejándose de lado por la sociedad, sigue teniendo efectos negativos entre nosotros”, advirtieron. 

“Es importante incorporar como valor y como conducta que ‘se ha configurado un nuevo paradigma, el de la reciprocidad en la equivalencia y en la diferencia. La relación hombre-mujer, pues, debería reconocer que ambos son necesarios porque poseen, sí, una naturaleza idéntica, pero con modalidades propias. Una es necesaria para el otro, y viceversa, para que se realice verdaderamente la plenitud de la persona’”, afirmaron, citando al Santo Padre. 

En ese marco, propusieron “abrazar todas las vidas, toda la vida”, mediante diferentes propuestas: alentar la participación en igual dignidad, garantizando la libertad de elección a las mujeres en el mundo del trabajo y en los lugares donde se adoptan las decisiones más importantes, tanto en el ámbito público como privado para que tengan la posibilidad de asumir responsabilidades sociales y personales de un modo armónico con la vida familiar. 

Además, llamaron a no «naturalizar» la violencia, tomarla como algo natural. “No se naturaliza la violencia hacia las mujeres, sosteniendo una cultura machista que no asume el rol protagónico de la mujer dentro de nuestras comunidades. No nos es lícito mirar para otro lado, hermanos, y dejar que tantas mujeres, especialmente adolescentes sean «pisoteadas» en su dignidad”, señalaron. 

“No aceptemos el maltrato ni físico ni psicológico contra la mujer”, exhortaron, advirtiendo, en palabras del Papa: “¡Cuántas mujeres padecen el peso de la vida y el drama de la violencia! El Señor quiere que vivan libres y con plena dignidad”. 

“Muchas son las formas de violencia física y psicológica contra la mujer. Por eso no podemos aceptar que: Te ridiculice, te haga sentir inferior, torpe o inútil; te aísle, te impida relacionarte con familiares o amistades; te cele o provoque peleas con tus afectos; te amenace, humille, grite o insulte, ni te haga sentir culpable; te amenace con hacerte daño a vos o a tu familia; te dé miedo con su mirada o sus gestos; te controle el dinero, tu forma de vestir, tu celular y tus redes sociales”, enumeraron. 

“Maltratar nunca puede ser una forma del amor. El amor respeta, promueve al otro, acompaña, no levanta el tono de voz, dialoga, es paciente, busca el bien, comparte, suscita el proyecto común, valorando y dando espacios a las individualidades de cada uno”, destacaron. 

En segundo lugar, con el título “No a la trata de personas ¡No a la esclavitud sexual ni laboral!”, recordaron el llamado de Francisco, particularmente a los gobiernos, “para que las causas de este flagelo se enfrenten de manera decisiva y las víctimas estén protegidas”. 

La Trata de Personas, expresaron, es otro modo de violencia contra la mujer, donde las víctimas son en especial mujeres y niñas. En ese sentido, llamaron a “comprometerse y visibilizar aún más el flagelo de la trata de personas que hoy afecta a 40 millones de personas en todo el mundo. Mucho hemos avanzado en la toma de conciencia de la sociedad. Sin embargo, mucho hay todavía por hacer, mucho por cambiar, mucho más por luchar para que esta realidad cambie”, sostuvieron. 

“El Papa Francisco nos dice que más que de trata ‘deberíamos hablar de esclavitud: esclavitud para el trabajo, esclavitud sexual, esclavitud para el lucro’ Nos unimos a su voz, para decir: ‘Aunque tratemos de ignorarlo, la esclavitud no es algo de otro tiempo. Ante esta trágica realidad, no podemos lavarnos las manos sino queremos ser, de alguna manera, cómplices de estos crímenes contra la humanidad. No podemos ignorar que hay esclavitud en el mundo, tanto o más quizás que antes’”, afirmaron.