La verdad que muchas veces el fanatismo no te deja ver de manera imparcial lo bueno y lo malo, en mi caso soy fanático de Racing Club, pero tengo varias condiciones en la que me caracterizo en mi vida y en mis distintas actividades y ámbitos.

Soy un defensor de impartir justicia, pero esa JUSTICA con mayúscula y totalmente imparcial, aclamo y reclamo que volvamos a tener los distintos valores como era antes tan natural en los seres humanos de buena fe y de buena práctica como una buena forma de vida.

Bien, ahora voy a referirme al título de esta columna, anoche jugaron el clásico de Avellaneda, el triunfo se quedó en manos de mi amado Racing Club 1 a 0 contra Independiente con un penal sancionado por Mauro Vigliano, dudoso, si dudoso, vi el encuentro desde el comienzo hasta el final.

En lo personal más bien creo que el árbitro Muaro Vigliano se equivocó y creo que la lluvia pudo haber perjudicado la visión, pero también para tener en cuenta dos factores que ningunos de los medios nacionales hicieron referencia a que los jugadores también juegan con las vivezas o picardías, nadie habló que el defensor de Independiente extendió el brazo y también el jugador de Racing se cae.

Consulté por mensaje vía whatsapp con árbitros y técnicos de nuestro medio y casi por unanimidad me respondieron que no fue penal, más creen que fue un error del árbitro y algunos opinaron igual que la lectura que ya lo hice anoche.

Para hacer un poco de historia, Racing años y años tuvo arbitraje en su contra, pero eso no justifica que el penal de anoche haya estado bien sancionado, desde los valores morales lo más correcto hubiese sido que el jugador de Independiente no tendría que haber extendido el brazo ni el de Racing haberse caído, lo leal para consigo mismo el de Racing le tendría que haber dicho que se cayó, a lo mejor me dirá Vos, amigo que ingenuo que sos, es lo que yo pienso si queremos tener un juego limpio y ganar lealmente como corresponde.