La aprobación de las virtudes heroicas supone que el Siervo de Dios vivió en grado heroico la fe, la esperanza y la caridad.

El pasado 26 de febrero Argentina celebro los 100 años del nacimiento de este ejemplar laico y padre de familia que también hizo apostolado en las fuerzas armadas de Argentina.

Hijo de padres argentinos, Enrique Shaw nació el 26 de febrero de 1921 en París (Francia). Dos años después su familia regresó a Argentina.

A los 4 años perdió a su madre, y su padre cumpliendo con el pedido de su esposa, confió la formación de Enrique a un sacerdote sacramentino.

Fue destacado alumno del Colegio De La Salle. Posteriormente, ingresó a la Escuela Naval Militar donde ejerció una comprometida labor apostólica en los rigurosos mares del Sur.

En 1943 se casó con Cecilia Bunge, con quien tuvo 9 hijos. En 1945 pidió la baja en la Armada Argentina, con el propósito de convertirse en obrero y hacer apostolado entre la clase trabajadora.

Sin embargo, el consejo de un sacerdote le abrió otra perspectiva y decidió llevar el Evangelio al empresariado. De esta manera, Enrique Shaw fue el impulso y primer presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE).

Integró el primer Consejo de Administración de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA); trabajó en la conformación del Movimiento Familiar Cristiano (MFC) y promovió la sanción de la Ley de Asignaciones Familiares.

Falleció el 27 de agosto de 1962, a los 41 años, luego de batallar con el cáncer que lo aquejaba.

Los primeros pasos para el proceso de beatificación que completó la fase diocesana en el 2013, fueron dados por la ACDE e impulsados por autoridades eclesiásticas, cuando era Arzobispo de Buenos Aires, el entonces Cardenal Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco.

El 25 de abril de 2019 concluyó la fase diocesana del proceso de beatificación, tras lo cual la documentación fue enviada a la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano.