En esta fecha especial vuelve a convocar a los cristianos y los invita a rezar por todas las vocaciones, para que los jóvenes puedan decir sí a la llamada de Dios.

En su mensaje para la Jornada Mundial de las Vocaciones 2.021, el Papa Francisco señaló que le gustaría pensar en el custodio de Jesús y de la Iglesia, San José, como “custodio de las vocaciones”.

El Santo Padre recordó que el 8 de diciembre de 2020 comenzó el Año dedicado a San José con motivo del 150º aniversario de la declaración de este santo como Patrono de la Iglesia universal.

Además, indicó que San José es “una figura extraordinaria, y al mismo tiempo tan cercana a nuestra condición humana” y destacó su disponibilidad en el servicio y la fidelidad en su vocación.

San José “no era famoso y tampoco se hacía notar, los Evangelios no recogen ni una sola palabra suya. Sin embargo, con su vida ordinaria, realizó algo extraordinario a los ojos de Dios”, explicó.

El Pontífice señaló que, así como “San José reconoció un corazón de padre, capaz de dar y generar vida en lo cotidiano. Las vocaciones tienden a esto: a generar y regenerar la vida cada día”.

El Santo Padre indicó que el “Señor quiere forjar corazones de padres, corazones de madres; corazones abiertos, capaces de grandes impulsos, generosos en la entrega, compasivos en el consuelo de la angustia y firmes en el fortalecimiento de la esperanza”.

Esto es lo que el sacerdocio y la vida consagrada necesitan, especialmente hoy, en tiempos marcados por la fragilidad y los sufrimientos causados también por la pandemia, que ha suscitado incertidumbre y miedo sobre el futuro y el mismo sentido de la vida”, afirmó.

El Papa resaltó que “San José viene a nuestro encuentro con su mansedumbre, como santo de la puerta de al lado; al mismo tiempo, su fuerte testimonio puede orientarnos en el camino”.

Asimismo, subrayó que este santo “representa un icono ejemplar de la acogida de los proyectos de Dios” por lo que rezó para que “él ayude a todos, especialmente a los jóvenes en discernimiento, a realizar los sueños que Dios tiene para ellos; que inspire la iniciativa valiente para decir ‘sí; al Señor, que siempre sorprende y nunca decepciona”.