Rebeca Andrade, hija de una empleada doméstica que la crió sola junto a otros 7 niños en un barrio trabajador de Guarulhos, en San Pablo, tuvo la oportunidad que le salvó la vida a los 4 años al encontrarse, de pronto, en un centro de gimnasia artística, donde se desarrollaban políticas públicas para formar deportistas

Rebeca Andrade es llamada, ahora, como la cara de Brasil: mujer, negra, criada con un padre ausente y determinada, fruto del talento individual mezclado con las políticas públicas de acceso masivo del deporte, ganó dos inéditas medallas en Tokio 2020, el oro en gimnasia concurso completo y la plata en salto, quizás el mayor logro, por la disciplina, de la historia del deporte brasileño.

Y, además, se ganó el corazón popular porque además de su talento, elogiado nada menos que por las gigantes Simone Biel y Nadia Comanecci, en la prueba de suelo su coreografía estuvo acompañada del funk brasileño "Baile de Favela".

Rebeca Andrade es la primera latinoamericana en ganar medallas en gimnasia artística.

La historia de Andrade tiene vinculación con las políticas públicas aplicadas en Guarulhos, municipio famoso porque allí está ubicado el aeropuerto internacional de San Pablo, a partir de 2001, con la llegada del intendente Eloi Pietá, del Partido de los Trabajadores, que masificó las política públicas para la educación infantil.

En diálogo con Télam, Pietá dijo que su política masificación deportiva y el programa Segundo Tiempo iniciado en 2003 con la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva le dieron oportunidades a quienes nunca la habían tenido de tener a contraturno de la escuela otras actividades.

"El de Rebeca Andrade es un caso que simbólicamente junta tres cosas: talento, esfuerzo y dedicación personal, el apoyo familiar y una política social. Sin esas tres cosas no lograría el resultado. Sin esa política de masificación deportiva, sin el apoyo de su madre, hermanos y entrenadores, y sin su talento y esfuerzo individual no tendríamos esas medallas en los Juegos Olímpicos", comentó el exintendente.
 

"El de Rebeca Andrade es un caso que simbólicamente junta tres cosas: talento, esfuerzo y dedicación personal,el apoyo familiar y una política social"

Todo comenzó en el Gimnasio Bonifacio Cardoso, a unos 8 kilómetros de Vila Fátima, donde vivía la familia Andrade. El gimnasio es un hormiguero de niñas de los barrios populares yendo y viniendo encima del equipamiento, uno de los mejores del país hasta hoy.

En la gestión de Pietá el gimnasio se transformó también en un espacio de educación física mayorista pero contrataron entrenadores para hacer un filtro entre quienes tenían chances de una carrera deportiva.

Hoy se transformó en un centro de peregrinación de miles de niñas que quieren ser como Rebeca Andrade, quien entró a ese lugar en 2005 llevada por una tía. Con el correr de los meses, uno de los hermanos de Rebeca la llevaba en bicicleta unos 8 kilómetros, todos los días. Fue por eso que la hija de Doña Rosa se quedaba a dormir en la casa de las entrenadoras y la intendencia proveyó viáticos para sus aspirantes a gimnastas de alto rendimiento.

En esa época, Rebeca fue elogiada durante una visita hecha al gimnasio por parte del equipo olímpico, integrado por Dayane Dos Santos, campeona mundial entre 2003 y 2006 y estrella del equipo olímpico de Brasil que nunca pudo lograr una medalla.

Ahora como comentarista de la TV Globo, Dos Santos festejó con la doble medalla: "La primera medalla olímpica de gimnasia artística es de una negra y eso es muy fuerte. Durante mucho tiempo dijeron que los negros no podían competir en algunos deportes. Tiene mucho significado detrás. Es una mujer de origen muy humilde, criada por una madre sola, Doña Rosa -su padre está vivo, pero no presente en su vida-, aguantó todas las lesiones".
 

"La primera medalla olímpica de gimnasia artística es de una negra y eso es muy fuerte"

Andrade, de 22 años, fue operada dos veces de los ligamentos cruzados y su participación en Tokio 2020 era todo un interrogante sobre su rendimiento.

A Guarulhos lo dejó siendo adolescente: se mudó a Curitiba, capital del estado sureño de Paraná donde entrenaba el equipo olímpico y vivía en la casa de sus entrenadores.

Desde hace diez años es atleta del Flamengo, de Río de Janeiro.

Además de ser la primera brasileña en ganar medallas en gimnasia artística, también es la primera latinoamericana en hacerlo.

Con sus dos medallas será la abanderada en el desfile de cierre de Tokio 2020.

"En todo el país con la llegada de la extrema derecha se han reducido las políticas públicas"

Los programas de incentivo al deporte infantil, dijo el exintendente, se han reducido en general en varias partes del país. "En todo el país con la llegada de la extrema derecha se han reducido las políticas públicas pero no fueron completamente destruidas, como el Sistema Unico de Salud. Le reducen el presupuesto pero son conquistas tan importantes que aunque quieran no pueden ser anuladas", comentó.

La actual alcaldía de Guarulhos también festejó en las redes las medallas de su hija pródiga, la que llevó el baile de favela al centro de la elite mundial del deporte.