De las canchitas de Obras de San Juan, una especie de potrero del vóley donde el "Nene" jugaba desde los 6 años, a veces descalzo, y casi siempre con Matías Sánchez, su compañero de Selección, al podio olímpico. A Bruno Lima todavía le cuesta creer que cumplió un sueño: ganar la medalla de bronce en los Juegos de Tokio 2020 y -de yapa- fue el máximo anotador del torneo.

Te soy sincero, la verdad es que todavía cuesta tomar dimensión de lo que logramos. Somos conscientes de que conseguimos algo que hacía mucho se necesitaba en nuestro deporte, pero como que no caigo”, dice Lima en charla con Télam desde el hotel donde cumple el aislamiento obligatorio tras regresar a la Argentina.

El opuesto sanjuanino llegó, como sus compañeros, con la medalla colgada en el pecho. “No pensé en dónde voy a guardar la medalla, creo que la voy a tener siempre conmigo”, se ríe. “Esto es un sueño que teníamos de muy chicos. Tenemos mucha historia con este grupo, hace mucho tiempo que no se lograba algo con el vóley. Espero que la gente disfrute y el deporte lo aproveche”, expresó.