Continúa la evacuación de Afganistán de los ciudadanos que colaboraron con los contingentes de los gobiernos occidentales y las organizaciones internacionales presentes en el país hasta que los talibanes conquistaron Kabul. Se espera que al menos 400 personas sean trasladadas en avión a Italia en los próximos días, y el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado que un contingente de personal militar estadounidense se quedará para garantizar la asistencia necesaria a las operaciones. En el caos que sigue a la conquista talibana de Afganistán, la principal preocupación internacional es la situación humanitaria y la posibilidad de que el flujo de refugiados hacia los países vecinos tenga también fuertes repercusiones en Europa. Por este motiv -explica Chiara Cardoletti, representante del ACNUR para Italia, la Santa Sede y San Marino-, la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados ha decidido mantener su personal en Afganistán y ha pedido a todos los Estados que faciliten los procedimientos de asilo a los afganos que ya están en el extranjero, advirtiendo a los gobiernos que detengan cualquier iniciativa de repatriación hacia Afganistán.

¿Cuál es el clima en Afganistán pocos días después de que los talibanes tomaran el poder?

Evidentemente, en los últimos días hemos observado la evolución de la situación, por lo que hay una gran expectación. Pero en la medida de lo posible y cuando el puesto de seguridad lo permite, seguimos trabajando, intentando estabilizar la situación humanitaria, que es la prioridad en este momento. Se habla mucho de corredores humanitarios y de evacuaciones, pero para nosotros en este momento lo más importante es la situación de los más de 500.000 desplazados internos, que huyeron de sus hogares tras el avance de los talibanes. Nuestro objetivo en este momento es garantizar que las mujeres y los niños tengan la posibilidad de alojarse y acceder a los bienes de primera necesidad, tanto para estabilizar la situación como para responder a las exigencias de carácter humanitario.

El Alto Comisionado también utiliza personal local para sus actividades. ¿Qué les preocupa a los afganos que trabajan con ustedes?

La mayor parte de nuestro personal es afgano, aunque tenemos un gran contingente internacional. En este momento, la gran preocupación es sobre todo el componente femenino de nuestro personal y asegurarse de que puedan seguir haciendo el trabajo que han estado haciendo durante los últimos 20 años en Afganistán, especialmente en el ámbito de la emancipación de la mujer en el país. También se está prestando mucha atención a aquellos colegas afganos que pueden haber tenido problemas con los talibanes en el pasado, pero hasta ahora no hemos tenido ninguna información de problemas particulares que afecten a nuestro personal nacional, que, repito, sigue siendo operativo sobre el terreno.

Los Estados occidentales, además de la situación geopolítica y estratégica sobre el terreno, parecen estar cada vez más preocupados por lo que podría ser el aumento de los flujos migratorios desde Afganistán. ¿Cuál es la posición del ACNUR al respecto?

Ahora mismo el problema está en Afganistán y el movimiento de personas se produce dentro del país y es ahí donde debemos centrar nuestra atención. De hecho, hemos observado un aumento de los movimientos hacia Irán en los últimos meses, pero nada que suscite especial preocupación en lo que respecta grandes flujos. En cualquier caso, estamos trabajando con el gobierno iraní para ayudar a planificar la posible asistencia a las personas que puedan llegar al país. Obviamente, no excluimos la posibilidad de que las personas continúen su viaje hacia Europa, pero -como hicimos con la crisis siria- creemos que es importante tratar de estabilizar a los refugiados lo más cerca posible de sus lugares de origen y garantizar que puedan regresar a sus países cuando sea posible.

Estamos convencidos de que es precisamente en estos momentos cuando nuestro trabajo es más importante, y sería muy poco serio por nuestra parte abandonar Afganistán en un momento tan crítico. Por el contrario, es precisamente en estas circunstancias cuando multiplicamos nuestros esfuerzos y pedimos más ayuda a todos los que nos apoyan, ya sean gubernamentales o privados. Así que de nuestra parte y de la de todos los organismos humanitarios de las Naciones Unidas existe la determinación de permanecer en Afganistán para seguir trabajando con un pueblo que lleva 20 años sufriendo de forma increíble y seguir prestando el apoyo necesario. Esa es la prioridad absoluta.