Antes que nada quiero decirles o pedirles que no generen polémica con ésta editorial que está comenzando a leerla, más bien, el objetivo de la misma es para meditarla entre todos, en especial para los que tienen el poder político y en particular para los ciudadanos en general.

“Nuestra vida es como un libro de historia, describe lo bueno y lo malo que hemos vivido”. El título de ésta editorial no es nada más ni nada menos fiel reflejos de lo que yo viví en mi niñez y al comienzo de mi adolescencia, fue retrotraerme a ese cruel y sabio pasado.

¿Cruel y sabio pasado? Cruel: sí, así fue, porque derribar un quebracho en aquel entonces solo se podía hacerlo con el hacha, ésta herramienta te producía dolor en las manos, luego ampollas y esas ampollas luego se convierten en callos, además cuando el árbol va cayendo va crujiendo como parece transformarse en un llanto. Sabio porque me enseñó que sin educación o sin estudios mi futuro iba a ser las mismas vivencias de ese presente.

Señores gobernantes y políticos en general voy a tirarles varias ideas para que las puedan poner en práctica, no soy ejemplo de nada ni de nadie, soy una persona que tiene como única política, es ganarme el sustento diario con el sudor en mi frente trabajando día a día, pensando y no parar de seguir perfeccionándome en éste fantástico mundo de la comunicación.

Creo que primero deberían cambiar versos que no cumplen o no van a cumplir por honestidad, lealtad, humildad y solidaridad. Cambiar esa maldita y destructiva corrupción por ética política y profesional. Cambiar esos “planes sociales humillantes y mendigos” por fuentes genuinas de trabajos. Cambiar postergación educativa con buenas e incondicional enseñanzas con docentes de vocación y bien remunerados.

Creo que deberían cambiar la pobreza por trabajos genuinos y bien remunerados. Cambiar la desnutrición por una buena calidad de salud con profesionales de la salud bien remunerados. Cambiar la inseguridad (delincuencia y adictos) por una fuerte seguridad con trabajadores (fuerzas públicas y trabajadores judiciales) bien pagos acorde a los artículos constitucionales.

Cómo periodista, comunicador, o persona que años trabaja en éste mundo de los medios tengo derecho a opinar o criticar con respeto e imparcialidad. A Ustedes señores gobernantes, políticos y conciudadanos siempre tengamos en nuestras manos o a mano una Biblia y las dos constituciones, provincial y nacional.

En la Biblia o Sagrada Escritura contiene todo lo referente a la vida que Jesús nos dejó como enseñanzas, ejemplo: “Amar a Dios por sobre todas las cosas”, “Jesús bendijo, partió y compartió el pan”, “No robar”, “No matar” y “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente” entre tantas enseñanzas, mientras que, en las constituciones están las normas que nos obligan y nos otorgan nuestros derechos. Pensemos y hagamos de nuestra Argentina un país próspero, desarrollado, ser un país mirado como ejemplo del mejor o estar dentro de los mejores del mundo.