El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió la misa desde la parroquia María Madre de los Migrantes, en la localidad mendocina de Guaymallén, donde recordó que ese domingo se celebraba la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado con el lema “Hacia un ‘nosotros” cada vez más grande”.

Tras señalar que Cristo fue el primer gran migrante escapando de los peligros y la pobreza, destacó la propuesta del papa Francisco un “nosotros más inclusivo”.

“El primer nosotros fue la Santísima Trinidad creándonos a su imagen y semejanza y ese primer nosotros de la Santísima Trinidad es el modelo del gran nosotros que queremos ser como familia de Dios, la familia de los hijos de Dios de la Iglesia”, ejemplificó.

“Del nosotros de Dios al nosotros de la Iglesia está la necesidad de los hombres de reconocernos como hermanos y trabajar en función de ello”, agregó. 

El arzobispo mendocino advirtió, citando al pontífice, sobre el riesgo de estigmatizar las culturas y las diferencias, e invitó a aprovechar la pandemia para “trazar una nueva oportunidad que sea la fraternidad de los hombres, que sea la búsqueda común de soluciones para los problemas que la misma pandemia nos ha causado”

“En este día en particular damos gracias por la riqueza, los colores, las diferencias, los matices que cada cultura, que cada historia particular de comunidades, de localidades, de países, le imprime al conjunto de la vida humana”, añadió.

“Nunca podremos tener una cabal conciencia en lo qué significa ese diálogo intercultural, ese diálogo que nos pone en relación con tantos saberes y conocimientos distintos; y que provienen de esas culturas que dan matiz a la vida y la hacen todavía más bella”, destacó.

Monseñor Colombo invitó a pedirle a Dios que “bendiga a nuestros pueblos, especialmente en esta misa donde nos acompañan tantas comunidades hermanas de América Latina”.

“Pedimos por los pobres de nuestra tierra y pedimos para que nuestro continente sea, más que nunca en este tiempo, un continente -como decía Pablo VI- de la esperanza. Hermanados en Cristo podremos decir entonces, una y otra vez, que grande eres Señor, que grande ha sido tu misericordia”, concluyó.