El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, recordó que noviembre es el mes de María y que comenzó con la jornada de oración por la santidad del pueblo argentino, que subraya la vocación y misión a ser santos que, consideró, tanto se necesita vivirla y ponerla en práctica.

“No nos quepa la menor duda de que sucede lo que afirma san Pablo, el gran apóstol-misionero de los gentiles: ‘se recoge lo que se siembra: el que siembra para satisfacer su carne, de la carne recogerá solo la corrupción; el que siembra según el Espíritu, del Espíritu recogerá la vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque la cosecha llegará a su tiempo si no desfallecemos”.

En su editorial en el periódico diocesano Peregrinamos, el prelado formoseño advirtió: “Si en nuestro pensar y obrar sembramos sólo ambiciones de bienes materiales, éxito, ganancias, placeres, poder, vanidad humana y ‘mundanidad’; aceptando y empleando incluso medios, sin escrúpulo alguno, como la mentira y el engaño, la extorsión y la corrupción, la fuerza y la violencia… recogeremos frutos vanos, desilusión, tristeza y miseria. Por el contrario, si sembramos, con humildad y paciencia, la verdad, la justicia y el bien común, cosecharemos alegría, unidad y paz”.

Monseñor Conejero Gallego señaló que el pasado 17 de octubre se inició la fase diocesana del Sínodo de la Sinodalidad y expresó su anhelo propio y de toda la comunidad de caminar juntos “con toda la Iglesia, en sintonía y docilidad a las inspiraciones de Espíritu Santo: escuchando y discerniendo lo bueno, lo mejor, lo perfecto; y así, poder responder adecuadamente a los desafíos del tiempo presente que nos toca vivir, en estos momentos concretos de la historia”.

“Sin duda alguna, la Palabra de Dios, los sacramentos, la oración-adoración al Señor y la solicitud y el servicio a más pobres y sufrientes, serán los medios necesarios que nos ayudarán en esta tarea, antigua y siempre nueva, para crecer y progresar en el amor a Dios y a los hermanos”.

“Somos conscientes de que la fe y la vida no pueden ni deben nunca separase, como nos exhorta con toda claridad la Carta de Santiago: ‘lo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta’. El mismo papa Francisco insiste con frecuencia, cómo todo está relacionado, íntimamente interconectado: Dios, los hombres -nuestros hermanos-, la creación y el cuidado de la Casa común; es decir, todas las dimensiones y actividades humanas: lo religioso, lo social, lo político, lo económico, lo cultural, lo ecológico”.

Por último, monseñor Conejero Gallego indicó que el domingo 14 de noviembre es la V Jornada Mundial de los Pobres, fecha en la que los argentinos tendrán también “la oportunidad de votar; es decir, de ejercer, como ciudadanos, nuestro derecho a elegir responsablemente candidatos honestos e idóneos para la función y la administración pública”, por lo que pidió: “Hemos de estar, pues, atentos a quienes elegimos, cuáles son sus convicciones y sus propuestas; su respeto a los derechos humanos fundamentales, comenzando por el primero y más importante de todos: la defensa y respeto a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. Atentos a los métodos que utilizan: manipulación, presiones coercitivas de libertad en lo laboral, educativo, religioso… en fin, todo un desafío”.

“Busquemos, sinceramente en todo y siempre, la verdad, la justicia, el bien común, la libertad y la paz”, concluyó.