Seis años después del Motu proprio "Mitis Iudex Dominus Iesus" (publicado en agosto de 2015 y que entró en vigor el 8 de diciembre siguiente), con el que había reformado el proceso canónico para las causas de declaración de nulidad matrimonial haciéndolas más ágiles y accesibles gracias a una mayor responsabilidad del obispo diocesano, el Papa Francisco vuelve a tratar el tema. E instituye una comisión para verificar y ayudar a la aplicación de la reforma en Italia, a fin de dar un "nuevo impulso" a esas normas. Esto lo que se lee en un Motu proprio publicado hoy por el Pontífice.

El objetivo de la comisión, constituida en la Rota Romana con la participación de un obispo de la Conferencia Episcopal Italiana, es "apoyar a las Iglesias de Italia en la recepción de la reforma". Francisco recuerda que el obispo ha recibido la potestad de juzgar, y subraya nuevamente que "el ministerio judicial" del obispo "por su propia naturaleza postula la cercanía entre el juez y los fieles", haciendo así surgir "al menos una expectativa por parte de los fieles" de poder  dirigirse al tribunal de su obispo "según el principio de proximidad".

Además, el Papa, recordando las normas emitidas en 2015, reitera que si bien está permitido que el obispo diocesano tenga acceso a otros tribunales, esta facultad debe ser considerada como una excepción y, por tanto, todo obispo "que aún no tiene su propio tribunal eclesiástico, debe procurar erigirlo o al menos trabajar para que esto sea posible". Francisco escribe que la Conferencia Episcopal Italiana "distribuyendo equitativamente a las diócesis los recursos humanos y económicos para el ejercicio de la potestad judicial, será estímulo y  ayuda a los obispos para que pongan en práctica la reforma del proceso matrimonial". Y repite lo que ya indicó en su discurso a la Conferencia Episcopal Italiana en mayo de 2019: "El impulso reformador del proceso matrimonial canónico -caracterizado por la proximidad, la rapidez y la gratuidad de los procedimientos- pasa necesariamente por una conversión de las estructuras y de las personas".

Para fomentar esta conversión, seis años después de la entrada en vigor de las nuevas normas, el Papa constituye una "Comisión Pontificia ad inquirendum et adiuvandum (para verificar y ayudar, ed.) a todas y cada una de las Iglesias particulares de Italia" en el Tribunal de la Rota Romana. Estará presidida por el Decano de la Rota, Alejandro Arellano Cedillo, y contará con los dos jueces rotales Vito Angelo Todisco y Davide Salvatori, y el obispo de Oria Vincenzo Pisanello. La tarea de la Comisión será "constatar y verificar la plena e inmediata aplicación de la reforma" en las diócesis italianas, "así como sugerir a las mismas lo que se considere oportuno y necesario para apoyar y ayudar a la fructífera prosecución de la reforma, de modo que las Iglesias en Italia se muestren ante los fieles como madres generosas, en una materia estrechamente ligada a la salvación de las almas", como también exhortó el Sínodo extraordinario sobre la familia. Al final de sus trabajos, la Comisión elaborará un informe detallado sobre la aplicación de las nuevas normas de nulidad matrimonial en Italia.