De este modo, el Santo Padre saludó especialmente a un grupo de religiosas presentes en la Plaza San Pedro de la red Talitha Kum comprometidas contra la trata de personas, les agradeció “por lo que hacen, por su valentía” y las animó en su trabajo.

La red internacional de lucha contra la trata de personas Talitha Kum que está integrada por más de tres mil religiosas y colaboradores laicos en todo el mundo.

Las religiosas presentes en la Plaza vaticana llevaron también una estatua de Santa Josefina Bakhita que el Papa bendijo especialmente. Las consagradas estuvieron con un grupo de personas de la sección Migrantes y Refugiados del Vaticano, encabezado por el prefecto interino del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Cardenal Michael Czerny.

En esta línea, el Papa indicó que el próximo 8 de febrero, memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, se celebrará la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de personas 2022 con el tema: “La fuerza del cuidado. Mujeres. Economía. Trata de Personas”.

El Santo Padre instituyó en 2015 la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas en la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, que se celebra cada 8 de febrero.

“Se trata de una herida profunda, infligida por la vergonzosa búsqueda de intereses económicos sin ningún respeto por la persona humana”, lamentó el Papa.

Además, el Santo Padre advirtió que “muchas jóvenes -las vemos en las calles- no son libres, son esclavas de los traficantes, que las mandan a trabajar y, si no traen el dinero, las golpean. Esto está ocurriendo en nuestras ciudades hoy en día. Pensemos en ello seriamente”.

Asimismo, el Papa recordó que este 6 de febrero es el Día internacional en contra de la mutilación genital femenina promovida por las Naciones Unidas.

“Alrededor de tres millones de niñas se someten a este procedimiento cada año, a menudo en condiciones muy peligrosas para su salud. Esta práctica, desgraciadamente extendida en muchas partes del mundo, degrada la dignidad de las mujeres y atenta gravemente contra su integridad física”, subrayó el Pontífice.

De este modo, el Santo Padre se refirió a estas dos “lacras de la humanidad”, expresó su “dolor” y lanzó un enérgico llamado a favor de la dignidad de la mujer.

“Insto a todos los responsables a que actúen con decisión para evitar tanto la explotación como las prácticas humillantes que afligen sobre todo a las mujeres y a las niñas”, concluyó el Papa.