Antes de concluir la Audiencia General de este 2 de marzo, el Santo Padre dijo a los fieles polacos, reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano, que Polonia ha sido el primer país “en apoyar a Ucrania, abriendo sus fronteras, sus corazones y las puertas de sus hogares a los ucranianos que huían de la guerra”.

“Están ofreciendo generosamente todo lo que necesitan para vivir con dignidad, a pesar del drama del momento. Les estoy profundamente agradecido y les bendigo con todo mi corazón”, afirmó el Papa.

Además, el Pontífice indicó que el fraile franciscano que estaba traduciendo la síntesis de la catequesis en polaco es ucraniano y explicó que “sus padres están en estos momentos en un búnker bajo tierra, para defenderse de las bombas, en un lugar cercano a Kiev”.

Luego el Papa, dirigiéndose a este religioso franciscano -P. Marek Viktor Gongalo- dijo que es un ejemplo porque “sigue cumpliendo con su deber aquí, con nosotros”, y añadió: “Al acompañarle, acompañamos a toda la gente que está sufriendo los bombardeos, a sus padres ancianos y a muchas personas mayores que están bajo tierra para defenderse. Llevemos en nuestros corazones el recuerdo de estas personas”.

Mientras que el Papa hablaba conmovido, el franciscano sorprendido por las palabras espontáneas del Santo Padre, lo miró en silencio y con lágrimas en los ojos.

Al finalizar la Audiencia General, entre las personas que saludaron al Papa se encontró también este fraile franciscano, quienes conversaron en privado brevemente.

Miércoles de Ceniza

Asimismo, al saludar a los fieles de diferentes idiomas el Papa Francisco recordó que hoy Miércoles de Ceniza comienza el camino de Cuaresma y destacó que es “una oportunidad de conversión y de renovación interior en la escucha de la Palabra de Dios, en la oración, en el ejercicio diario de la caridad hacia el prójimo”.

El Santo Padre subrayó también que “nuestra oración y ayuno serán una súplica por la paz en Ucrania, recordando que la paz en el mundo siempre comienza con nuestra conversión personal, siguiendo a Cristo”.

Finalmente, el Papa deseó a todos que “el camino de la Cuaresma, que iniciamos hoy con la oración y el ayuno por la paz en Ucrania, nos lleve a la alegría de la Pascua con corazones purificados y renovados por la gracia del Espíritu Santo”.

“Los invito a hacer este camino de conversión mediante la ayuda a los más necesitados, la penitencia hecha con alegría y la oración confiada, pidiendo al Señor intensamente el don de la paz. ¡Que Dios te bendiga!”, concluyó el Papa.