Según la tradición de la Iglesia, cuando San Expedito ya había tomado la decisión de abrazar el cristianismo, el Maligno se le presentó en forma de cuervo y empezó a gritar: “cras, cras, cras”, onomatopeya que en latín quiere decir: “mañana, mañana, mañana”. Lo que quería Satanás era enfriar el deseo apremiante de Expedito por conocer a Cristo, a sabiendas de que posponer -aunque sea por un solo día- una decisión tan importante, podría acarrear una victoria definitiva del mal.

El santo, de un solo movimiento, aplastó al cuervo tentador, gritando la respuesta perfecta: “¡Hodie, hodie, hodie!”, que quiere decir “hoy, hoy, hoy”. “No dejaré nada para mañana, a partir de hoy seré cristiano”, se dijo a sí mismo. De ahí en adelante, Expedito vivió su fe cristiana hasta el último de sus días, cuando le tocó entregar su sangre en el martirio.

A San Expedito se le considera protector ante las dificultades surgidas en el trabajo, buen intercesor por las familias y diligente abogado cuando se es llevado a juicio. Su rápida y contundente respuesta al demonio le convirtió en modelo e intercesor en los problemas urgentes y ante la procrastinación.

San Expedito también es protector de la juventud, los estudiantes y enfermos. Se le representa como un soldado portando una cruz en la que está escrita la palabra “hodie” (hoy), al lado de la hoja de palma que simboliza el martirio. A sus pies se representa un cuervo con la palabra “cras” (mañana).

En este día, miles de fieles se congregan en la parroquia Nuestra Señora Balvanera de Buenos Aires (Argentina) para venerar la antigua imagen del santo que se conserva en el templo. Sus devotos asisten a Misa, se acercan a la Confesión y piden bendiciones para sus pertenencias valiosas.

Oración a San Expedito

¡Señor Jesús acudo a tu auxilio!
¡Virgen Santísima socórreme!
San Expedito, tú que lleno de valor abriste tu corazón a la gracia de Dios
y no te dejaste llevar por la tentación de postergar tu entrega,
ayúdame a no dejar para mañana lo que debo hacer hoy por amor a Cristo.
Ayúdame desde el cielo a renunciar a todo vicio y tentación con el poder que Jesús me da.
Que sea yo diligente, valiente y disciplinado al servicio del Señor,
y no me acobarde ante las pruebas.
Tú que eres el santo de las causas urgentes,
te presento mi necesidad (intención).
Sobre todo te pido que intercedas por mí para que persevere en la fe,y así llegue al gozo del cielo con Cristo,
con la Virgen María, los ángeles y los santos.

Amén