Rusia insistió este jueves con su propuesta de colaborar a "superar la crisis alimentaria" generada por el bloqueo de exportaciones de cereales rusos y ucranianos a partir de la invasión de sus tropas a Ucrania si los países occidentales levantan las sanciones contra Moscú.

Rusia "está dispuesta a aportar una contribución significativa para superar la crisis alimentaria gracias a la exportación de cereales y fertilizantes, bajo reserva de que Occidente levante las restricciones adoptadas por motivaciones políticas", le anunció el presidente Vladimir Putin al jefe de gobierno italiano, Mario Draghi, en una charla telefónica.

El Kremlin precisó que la llamada tuvo lugar "bajo iniciativa de la parte italiana".

Putin calificó de "infundadas" las acusaciones occidentales de que Moscú bloquea las exportaciones de cereales ucranianos.

"Las dificultades que han surgido están relacionadas, entre otras cosas, con las interrupciones en el funcionamiento de las cadenas de producción y suministro, así como con las políticas financieras de los países occidentales durante la pandemia de coronavirus", dijo el mandatario.

Para Putin, "la situación se agravó por las restricciones anti-rusas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea", y por eso la oferta a Draghi.

Italia está organizando un Diálogo Ministerial con los países mediterráneos para el 8 de junio, junto a la GFAO, para analizar las necesidades y esbozar medidas de intervención ante las graves repercusiones de la guerra sobre la seguridad alimentaria.

Además, Roma presentó en la ONU una propuesta para "facilitar un diálogo por pasos" entre Ucrania y Rusia porque "no hay paz impuesta", según explicó hace una semana el ministro italiano de Exteriores, Luigi Di Maio.

Ucrania, uno de los principales exportadores de maíz y trigo, tiene bloqueada su producción por los combates y, a la vez, Rusia no puede vender su producción y sus fertilizantes debido a las sanciones occidentales. Ambos países producen un tercio del trigo mundial.

Según un comunicado del gobierno italiano, "la llamada se centró en la evolución de la situación en Ucrania y en los esfuerzos por encontrar una solución común a la actual crisis alimentaria, así como a las graves repercusiones en los países más pobres del mundo".

Para entonces, el Reino Unido ya había rechazado la chance de que Occidente alivie sus sanciones a Rusia a cambio de que permita la salida de buques con granos.

La canciller británica, Liz Truss, cuestionó que Putin usara como arma el hambre y la escasez de alimentos en el mundo provocada por la invasión rusa a Ucrania lanzada en febrero pasado.

El vocero de Putin le respondió que rechazaba las acusaciones y que el bloqueo de los puertos era resultado de las sanciones "ilegales" impuestas a Rusia por Estados Unidos, el Reino Unido y los demás países del G7, así como la Unión Europea (UE).

Desde que capturó la ciudad de Mariupol, Rusia controla todos los puertos ucranianos sobre el mar de Azov, que es parte del mar Negro. Además, mantiene bloqueados los del mar Negro, como Odesa, con su flota en ese mar, que sale al Mediterráneo.

Rusia anunció que el puerto de Mariupol había vuelto a funcionar tras tres meses de suspensión de actividades por los combates.

Horas más tarde, el vicecanciller ruso, Andrei Rudenko, adelantó algo de lo que Putin ratificó: que Moscú estaba dispuesto a permitir la salida de Ucrania de buques que transportan alimentos a cambio de un alivio de las sanciones.

"Es totalmente atroz que Putin intente pedir un rescate al mundo, y que esencialmente esté usando como arma el hambre y la falta de alimentos para las personas más pobres de todo el mundo", dijo hoy Truss durante una visita a Bosnia.

La ministra agregó que Occidente no puede aceptar ningún tipo de levantamiento de las sanciones, "ningún apaciguamiento, que simplemente haga más fuerte a Putin a largo plazo", dijo, según la agencia Europa Press.

"Simplemente no podemos permitir que esto ocurra. Putin tiene que eliminar el bloqueo del grano ucraniano", agregó.

Poco después, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que su país rechazaba "categóricamente las acusaciones" y culpó a los países occidentales por "tomar una serie de acciones ilegales que han llevado al bloqueo".

Occidente, en particular, "debe cancelar las decisiones ilegales que obstaculizan el fletamento de barcos y la exportación de granos", dijo en una conferencia telefónica con periodistas.

El 40% del trigo y el maíz de Ucrania va a África y Medio Oriente, regiones que ya están lidiando con problemas de hambre, y en las que la escasez de alimentos o el aumento de los precios corren el riesgo de empujar a millones de personas más a la pobreza.

El pasado domingo, la guerra en Ucrania y el hambre ocuparon un lugar central en la inauguración de la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"Ahí donde hay guerra, hay también hambre y enfermedades", dijo el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, durante el discurso de apertura de la 75ª Asamblea Mundial de la Salud.