En el mediodía del sábado 11 de junio el Papa Francisco recibió a una delegación compuesta por quinientos militares de la Brigada Granaderos de Cerdeña, que participan en la operación en Roma llamada “Calles Seguras”. Son quienes, tal como hizo presente el Santo Padre en su saludo, vigilan las zonas y objetivos sensibles de la Ciudad Eterna: lugares institucionales y diplomáticos, aeropuertos, estaciones de tren y metro, lugares de arte, de culto y de interés religioso. Los militares llevan a cabo su trabajo en cooperación también con las Fuerzas de Policía para salvaguardar el orden público. 

Promotores de solidaridad

El Papa se mostró muy complacido por recibirlos, y agradecido por su labor: “cada vez que salgo o regreso al vaticano, en ocasión de los viajes apostólicos, visitas a parroquias o comunidades, y los veo, doy gracias a Dios por la dedicación y la presencia, presidio de seguridad”, afirmó. También reconoció que la labor de los militares en torno a la Ciudad del Vaticano contribuye a garantizar el buen desarrollo de los acontecimientos que, a lo largo del año, atraen a peregrinos y turistas de todo el mundo: “Es una actividad - reconoció - que requiere disponibilidad, paciencia, espíritu de sacrificio y sentido del deber”. También dijo ser consciente de que este tipo de trabajo puede ser a veces un poco agotador, “pero es muy útil para la comunidad, que lo agradece y aprecia”.

Esto les compromete a corresponder cada día a la confianza y la estima que la gente deposita en ustedes. Por ello, los animo a ser, tanto en el trabajo como en su vida personal y social, promotores de la solidaridad, ayudando a las personas a ser buenos ciudadanos.

Gracias por su proximidad a la población

Francisco deseó a los militares que en el cumplimiento de su misión “los acompañe siempre el conocimiento de que toda persona es amada por Dios, es su criatura y como tal merece respeto”. Por otra parte, haciendo presente que el despliegue del personal del Ejército italiano en el contexto urbano se ha convertido en una realidad “viva”, elogió el hecho de que la misma se caracteriza “por la proximidad a la población, la cooperación en la prevención y la lucha contra la delincuencia, y el apoyo a las actividades relacionadas con situaciones de emergencia concretas”. De ahí la gratitud del Sumo Pontífice por la labor que realizan contribuyendo a la creación de “un entorno más seguro”. Y concluyó: 

Los encomiendo a la protección maternal de la Virgen: siempre pueden dirigirse a ella con confianza, sobre todo en los momentos de fatiga y dificultad, seguros de que, como Madre tiernísima, sabrá presentar a su Hijo Jesús las necesidades y expectativas de cada uno de ustedes. Es una madre, y como todas las madres sabe cómo vigilar, cómo cubrir, cómo ayuda, cómo ser cercana. De corazón los bendigo, junto con sus familias. Y les pido que por favor recen por mí.