En el marco de los 100 años de la fundación del seminario San José de La Plata, se están desarrollando semana a semana diversas actividades para rememorar y celebrar un siglo de vida institucional de la casa de formación sacerdotal platense.

Un siglo de historia
Corría el año 1901 cuando el primer obispo de la diócesis de La Plata, monseñor Juan Nepomuceno Terrero, tuvo la visión de dotar a la ciudad platense de un seminario, aunque por falta de recursos debió desistir de ese propósito, que se constituyó en la gran tarea pendiente de los 20 años en que gobernó la diócesis hasta el día de su muerte.

Años más tarde, más propiamente el 12 de octubre de 1921, y al cumplirse el primer aniversario del fallecimiento de monseñor Terrero, su sucesor, monseñor Francisco Alberti, recuperó la idea de la construcción de un seminario menor para la ciudad de La Plata, bajo la advocación de San José, de quien monseñor Terrero era gran devoto.

Así fue como el 10 de enero de 1922 se firmó el decreto de fundación del seminario San José y el 8 de noviembre de ese mismo año se adquirió una parte de la manzana ubicada en las calles 24, 65 y 66, un total de 14 lotes situados enfrente de la plaza Castelli de la ciudad, que era apenas un baldío rodeado por un cordón de piedras y sus alrededores, con varios terrenos descampados y una zona de huertas.  La colocación de la piedra fundacional del seminario se realizó el 26 de noviembre de ese mismo año, un hecho sin precedentes para el barrio y que marcó el inicio de su incorporación al incipiente núcleo urbano platense.

Para marzo de 1923, el seminario funcionó provisoriamente junto a la basílica de Luján, con alrededor de 15 alumnos, junto con otros que luego fueron incorporándose. Para septiembre de ese año el Senado bonaerense aprobó por unanimidad la cesión de 5000 metros cuadrados al seminario y un mes después comenzaron las obras de construcción del edificio.

El 15 de septiembre de 1924 se colocó la piedra fundacional del templo dedicado a Nuestra Señora de La Piedad y finalmente, el 18 de mayo de 1928, se inauguró oficialmente el edificio del seminario diocesano San José.

Hacia 1934, cuando el papa Pío XI elevó a la diócesis al rango de arquidiócesis, con la bula “Nobilis Argentinae Nationis” , y también a monseñor Alberti a la dignidad de arzobispo, el seminario contaba con 149 alumnos.

En 1939, un año después del fallecimiento de monseñor Alberti, muy recordado y valorado por haber materializado el deseo de monseñor Terrero, ingresaron 39 nuevos alumnos y unos días antes se dio nota de que el seminario contaba con 195 seminaristas, colmando así la plena capacidad del edificio. 

Ya hacia tiempos más contemporáneos, cuando el seminario celebró su 90° aniversario, en 2012, en un artículo publicado por el diario El Día de La Plata se hacía mención sobre los pasillos de la imponente edificación que año tras año nutre a la Iglesia con jóvenes sacerdotes. Allí 'se respira un aire fresco, se aprecia un bellísimo jardín y sus claustros, en donde se alojaron más de 800 pastores que luego irradiaron su labor evangelizadora hacia todo el país', se resaltaba en la publicación.

En ese sentido, además, el presbítero Gabriel Delgado, quien fue rector del seminario durante seis años, describió al edificio como un lugar caracterizado por “una rutina nada rutinaria; ya que desde el inicio, los seminaristas aprenden el valor de la oración, el estudio, el trabajo, el orden y la disciplina, sabiendo que en cada uno de los días deben sentar las bases de su futuro como sacerdotes”.

Un camino que continúa en la actualidad
El camino formativo hacia el sacerdocio conlleva aproximadamente unos ocho años, ya que los aspirantes al presbiterado se adentran en los profesorados de Filosofía y Ciencias Religiosas. Asimismo, desde los primeros años todos los seminaristas colaboran con diferentes parroquias.

Actualmente, el seminario cuenta con 17 seminaristas entre quienes son oriundos de la ciudad La Plata y también quienes se encuentran estudiando y pertenecen a la diócesis de Mar del Plata, entre otras. Además, dentro del seminario existen espacios de recreación y momentos dedicados a compartir y realizar actividades varias, así como también tareas comunitarias durante los fines de semana. 

El lugar ostenta también amplios salones comedores, un teatro y una gran biblioteca con cientos de libros que fueron y aún hoy siguen siendo utilizados por cada uno de los aspirantes al sacerdocio, considerando también a la tecnología como una herramienta que permite acceder a diferentes materiales teórico-formativos y ofrece diversas maneras para realizar las tareas de cada asignatura.

Otro de los datos significativos que componen la rica historia del seminario platense, es que pertenece a una de las arquidiócesis que se encuentra dentro de las ocho jurisdicciones eclesiásticas más antiguas de la República Argentina.

Una historia de la que muchos formaron parte
Entre los diversos rectores, formadores y cientos de seminaristas que transitaron los pasillos del edificio ubicado en 24, 65 y 66, se encuentran el actual obispo auxiliar de la arquidiócesis platense, monseñor Jorge Esteban González; monseñor Armando Jorge Levoratti, quien cursó sus estudios en el seminario, siendo luego formador y vicerrector del mismo. Una de sus contribuciones más notables fue la traducción de la Biblia, de los originales hebreo y griego; monseñor Octavio Nicolás Derisi, quien fue profesor en el seminario y años después designado obispo auxiliar de La Plata y años más tarde sería uno de los fundadores y rector de la Universidad Católica Argentina; monseñor Guillermo José Garlatti, quien realizó sus estudios en el seminario San José, siendo en un futuro obispo auxiliar de La Plata y arzobispo de Bahía Blanca, además de ejercer como profesor de teología en el mismo.

Otros de los tantos nombres que dejaron una huella en el seminario fue el cardenal Raúl Francisco Primatesta, quien fue obispo auxiliar de La Plata en 1957; el siervo de Dios cardenal Eduardo Francisco Pironio, quien egresó del seminario San José, fue obispo auxiliar de La Plata y luego proclamado cardenal. El cardenal Antonio Quarracino, que también cursó sus estudios en el seminario platense y fue arzobispo de la ciudad de La Plata entre 1985 y 1990, año en que el papa San Juan Pablo II lo designó arzobispo de Buenos Aires y cardenal Primado de la Argentina.

También pasaron por las aulas monseñor Miguel Esteban Hesayne; monseñor Rafael Trotta, quien fue rector del seminario durante 21 años; monseñor José María Arancedo (dos mandatos como presidente de la CEA); monseñor Guillermo Blanco; monseñor Antonio José Plaza, arzobispo de La Plata durante 30 años, profesor y rector del seminario; monseñor Adolfo Servando Tortolo, quien fue alumno del seminario y durante mucho años arzobispo de Paraná. El presbítero Juan Straubinger, quien arribó a La Plata durante la década de 1940 y enseñó Sagrada Escritura en el seminario San José; monseñor Eduardo Eliseo Martín, actual arzobispo de Rosario y quien cursó sus estudios de filosofía y teología en el seminario San José.

Logo, lema y actividades por los 100 años
El actual rector del seminario San José, presbítero Andrés Magliano, señaló que son varias las actividades que se realizan y también que se han planificado en el calendario con motivo de celebrar y vivenciar los 100 años del seminario:

  • La adoración abierta en el seminario durante los primeros viernes de cada mes, que comenzó en abril.
  • En mayo, el seminario adhirió a una iniciativa de la JUREC que busca motivar a los colegios para que crezcan en su dimensión misionera y esto sea también una motivación vocacional. Durante ese mes, además, se dio comienzo a la visita de un signo (cuadro) que se encuentra transitando por los diversos colegios y animando a una semana misionera.
  • El sábado 7 de mayo se realizó la jornada del Buen Pastor en el seminario y entre el 27 y 29 se llevó a cabo un retiro/encuentro denominado “Proyecto de Vida”, en la casa de los padres Redentoristas.
  • En los meses de junio y julio se realizaron adoraciones en el seminario, mientras que en el mes de agosto se llevará a cabo el primer itinerario vocacional y también el día del ex alumno en el marco de los 100 años y también se realizará un encuentro con catequistas sobre la dimensión vocacional de la catequesis.
  • En septiembre y octubre también tendrá lugar un nuevo itinerario vocacional la tradicional peregrinación a Luján y el retiro vocacional (en el seminario para varones y con las religiosas para mujeres”.
  • En el mes de noviembre, se realizará una misa para conmemorar a los fieles y sacerdotes difuntos en el panteón del Clero; un itinerario vocacional con adoración en el seminario y el festejo de los 100 años del mismo, que será abierto a la comunidad, con la celebración de una misa y una posterior cena.

Por otra parte, el presbítero Magliano mencionó que este “es un año de festejos, de memoria, de oración, pero sobre todas las cosas de acción de gracias a nuestro Señor por custodiarnos, acompañarnos y bendecirnos”.

Con respecto al logo y lema (Es su voz y su amor el que nos llama) elegidos para acompañar el centenario, desde el seminario manifestaron que durante 2021, tiempo en que comenzó a vivir su año Jubilar, “quisimos compartir y presentar el nuevo logo que nos acompañará en este tiempo de fiesta que queremos que toda la Iglesia pueda vivir y celebrar con nosotros”.

“Le damos gracias a San José por acompañar y proteger nuestra casa de formación, que hoy más que nunca abre sus puertas con alegría y esperanza”, finalizaron.

Asimismo, el presbítero Magliano destacó la figura de San José como patrono del seminario: “En la formación sacerdotal San José es una presencia silenciosa que va calando en el corazón de cada uno. No creo que ninguno de los que pasan por nuestro seminario se vaya sin ser marcado por su sombra”.

Por su parte, el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, siempre ha valorado la tarea de los formadores en el seminario, así como también en reiteradas ocasiones se ha dirigido a los seminaristas instándoles a optar “por el camino de la entrega, el amor a la gente, la fidelidad y la alegría del Evangelio”. 

Además, hace unos meses, monseñor Fernández entregó al seminario una reliquia de San Carlos de Foucauld que trajo de Roma, y también les compartió la bendición que envió el papa Francisco por los 100 años de la fundación del edificio.