“Ayer por la mañana regresé a Roma tras mi viaje apostólico de seis días a Canadá. Tengo previsto hablar de ello en la audiencia general del próximo miércoles”.

Con estas palabras, Francisco, recordó, que como es habitual después de un viaje apostólico, la audiencia sucesiva a su regreso, está dedicada a una reflexión de lo que fue su viaje. Mientras en sus saludos después del rezo mariano del Ángelus, el Papa agradeció a todos los que han hecho posible esta peregrinación penitencial, empezando, dijo,  por las autoridades civiles, los jefes de los pueblos indígenas y los obispos canadienses. Agradezco sinceramente a todos los que me acompañaron con sus oraciones, señaló.

Un pensamiento por Ucrania

El Santo Padre afirmó que durante los seis días de su viaje apostólico, no dejó de rear por  el pueblo ucraniano, "atacado y atormentado, pidiendo a Dios que lo librara del flagelo de la guerra".

"Si se mira la realidad con objetividad, teniendo en cuenta el daño que cada día de guerra supone para esa población pero también para el mundo entero, lo único razonable sería parar y negociar. Que la sabiduría inspire pasos concretos de paz".

Un saludo a los jesuitas en el día de San Ignacio de Loyola

Después, el Pontífice saludó a sus hermanos jesuitas, en su fiesta hoy, de San Ignacio de Loyola, extiendo, dijo, un afectuoso saludo a mis hermanos jesuitas, sigan caminando con celo, con alegría en el servicio del Señor. ¡Sean valientes!, exclamó Bergogio.

Por último saludó a los presentes, en particular, a las novicias Hijas de María Auxiliadora que están a punto de hacer su primera profesión religiosa; al grupo de Acción Católica de Barletta; a los jóvenes de la diócesis de Verona; a los jóvenes de la unidad pastoral "Pieve di Scandiano"; y a los del grupo "Gonzaga" de Carimate, Montesolaro, Figino y Novedrate, que han recorrido la Vía Francígena.