Malas noticias para Marcos Rojo y Boca. El defensor no sólo no pudo jugar ante Patronato, en Paraná, sino que este lunes además se supo que se perderá varios partidos. El club entregó en sus redes sociales el parte médico, en el cual especifica: “lesión muscular grado II en el soleo de la pierna derecha”. Por este desgarro, el central zurdo se perderá varios encuentros. Si bien cada lesión es particular, estaría inactivo 21 días y después habría que ver el tiempo que le demanda retomar el ritmo de la competencia mediante los diferentes entrenamientos antes de ser tenido en cuenta nuevamente por el cuerpo técnico.
Esta lesión le cae a Rojo justo en un momento en donde había tomado oficialmente la capitanía de Boca. Tras la salida de Carlos Izquierdoz luego de la polémica eliminación del equipo xeneize en la Copa Libertadores ante Corinthians y que desencadenó en el despido de Sebastián Battaglia, el central zurdo -que le había convertido goles a San Lorenzo y Talleres de Córdoba- deberá entrar en un impase.
Rojo había vivido días convulsionados por ser uno de los referentes, junto con Izquierdoz, Darío Benedetto, Pol Fernández y Frank Fabra, que había participado de la reunión por los premios con el Consejo de Fútbol previo a la revancha con Corinthians, por los octavos de final de la Copa Libertadores.
Acto seguido del despido de Battaglia, en la presentación del interinato de Hugo Ibarra ante San Lorenzo, anotó un gol de cabeza y fue a saludar al Cali, que estaba en el banco de los suplentes. Una clara señal de respaldo al compañero y una señal de protesta contra Ibarra y Riquelme por haber marginado a Izquierdoz de la titularidad.
Tras la pésima actuación en Paraná, en donde fue goleado por Patronato por 3-0, Boca continúa perdiendo jugadores. Porque se aguardaban los resultados de los estudios a los que se sometió Marcos Rojo: el capitán padece un desgarro y Hugo Ibarra no contará con él por aproximadamente 21 días, por lo que no estará ante Platense, Agropecuario (Copa Argentina), Racing ni Rosario Central.
Era una fija en la zaga central que enfrentaría al Patrón. De hecho, se movió junto a sus compañeros durante el precalentamiento, actividad en la que sintió una molestia muscular y se decidió que Facundo Roncaglia lo reemplazara como titular. Suele ser una constante en Rojo: aunque hace rato ya adaptó su físico a la intensidad del fútbol argentino (los primeros seis meses de 2021 los pasó en la camilla), cuando aparece alguna anormalidad en sus piernas es sinónimo directo de estar varias semanas afuera.
Boca atraviesa un problema central. De hecho, entre los pedidos para que el Consejo contrate a un entrenador, los hinchas también exigen en las redes sociales la llegada de un refuerzo para la dupla central. Riquelme había colocado el ojo en ese puesto y por eso es que incorporó al propio Roncaglia. Sin embargo, a los fanáticos les hace ruido la llegada de un hombre que (por más conocido sea) ya tiene 35 años y viene de jugar un año nada menos que en el fútbol de Chipre (vistió la camiseta de Aris Limassol). Ni que hablar después del flojo –pero lógico- desempeño del hombre que ayer debió salir a jugar de urgencia.
Y la gente apunta a un nombre: Adonis Frías, de Defensa y Justicia. El defensor, de 24 años, se pronunció hincha del club y hasta es capaz de desestimar otras ofertas a cambio de ponerse la camiseta de sus amores: “Todos saben que mi sueño es jugar en Boca”. Hasta el propio Sebastián Beccacece, entrenador del Halcón, se sinceró sobre el sentimiento de Frías: “Por el bien de Defensa, ojalá que se quede, pero por el bien de Adonis, ojalá se dé su pase a Boca. Porque él quiere jugar allá”, sentenció hace días.
El Consejo tiene tiempo hasta el próximo lunes para incorporar debido a la venta de Gastón Ávila a Bélgica (Royal Antwerp) y la salida de Izquierdoz a Sporting Gijón, de España. Aunque el problema es que desde Florencio Varela preferirían venderlo al exterior para conseguir más dinero.
Que el ya antiguo capitán haya dejado la entidad de la Ribera, en el marco de aquel conflicto y el cariño que ostentaba en las tribunas tras sus cuatro años de estadía, tiene un importante peso como para que el hincha quiera jerarquía en el equipo. Con esta lesión de Rojo, la espera por el desembarco de un nuevo zaguero será aún mayor.
Es que Nicolás Figal todavía no está óptimo tras el esguince de rodilla que sufrió el 24 de junio. De hecho, en Paraná, Ibarra se quedó sin recambios para el puesto una vez iniciado el encuentro que terminó con goleada en contra: si aparecía algún imponderable en Carlos Zambrano o Roncaglia, la única solución a mano sería la improvisación de Agustín Sandez, habitual lateral izquierdo (aunque en la reserva disputó algunos encuentros siendo central zurdo).
Eso es todo en el plantel. Porque Gabriel Aranda, además de no ser tan considerado últimamente, se esguinzó su tobillo izquierdo, según el informe oficial del 15 de julio. Aunque lo suyo excedería a una lesión: el chico también atravesaría conflictos con el Consejo para renovar su vínculo. Y Luciano Di Lollo, defensor promesa que el DT interino conoce de su época con los juveniles, fue cedido al seleccionado nacional sub-20 para competir en el Torneo L’Alcudia de la mano de Javier Mascherano.
En medio de tanta confusión, ahora Ibarra deberá ingeniárselas para consolidar (al menos por un rato) la zaga central de la mano del criticado Zambrano y un Roncaglia que estará obligado a readaptarse dentro del equipo: y así, Boca sigue dándose la cabeza contra la pared.