La Comisión Interamericana de Derechoa Humanos (CIDH)  condenó "la escalada represiva en contra de integrantes de la Iglesia Católica en Nicaragua y urge al Estado a cesar de inmediato estos actos".  La CIDH, tras haber recibido la información  a través del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI), en un comunicado urge a "la liberación inmediata del obispo Mons. Rolando Álvarez y de las personas detenidas", y pide se garantice su vida e integridad personal. La CIDH, informa además que el pasado 17 de agosto, el sacerdote Uriel Vallejos habría sido "forzado a exiliarse después de permanecer más de tres días bajo asedio policial en la casa Curial de Sébaco. El 14 de agosto, el sacerdote Óscar Danilo Benavidez, párroco de la iglesia Espíritu Santo de Mulukukú, en el Caribe Norte, fue detenido arbitrariamente por agentes antimotines y; al día siguiente, el Ministerio Público habría solicitado ampliar el plazo de su detención por 90 días para realizar investigaciones. El 14 de agosto, los sacerdotes de los municipios de Rancho Grande y El Tuma fueron impedidos por agentes de la Policía, bajo amenazas, de trasladarse hacia la ciudad de Matagalpa para participar en celebraciones religiosas".

Tras detallar cada uno de los actos violentos que el gobierno ha sistemáticamente realizado contra la Iglesia de Nicaragua, la CIDH hace nuevamente un llamado al Estado de Nicaragua para que "cese los constantes ataques contra la Iglesia Católica. Asimismo, urge al Estado de Nicaragua a liberar a todas las personas que permanecen privadas de la libertad arbitrariamente y a cesar de inmediato la represión en el país".

El Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) expresó en un comunicado, su cercanía y total solidaridad con Mons. Rolando Álvarez Lagos, con la Conferencia Episcopal de Nicaragua y con toda la Iglesia nicaragüense. Los obispos centroamericanos pidieron que se abra un camino de solución al grave problema social a través de un diálogo sincero y convocaron al Pueblo de Dios de las Iglesias particulares en Centro América a unirse en oración por la paz en Nicaragua.

La Conferencia Episcopal de El Salvador expresa en un comunicado solidaridad con los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos de Nicaragua; preocupación por la seguridad de los pastores, Mons. Rolando José Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí y del Pbro. Harving Padilla, Párroco de la Iglesia de San Juan Bautista, en la ciudad de Masaya.

En el texto, los obispos salvadoreños lamentan la situación social y política que atraviesa Nicaragua y comparten el “dolor de ese pueblo noble, trabajador y tan sufrido que aspira vehementemente a vivir en un clima de respeto pleno de sus derechos fundamentales para alcanzar una vida digna en consonancia con el reino de vida que Cristo vino a traer y que es incompatible con cualquier tipo de situación inhumana (cfr. DA 358)”.  Por último, unen sus oraciones con la Iglesia en Nicaragua, pidiendo a Dios por la paz, la comprensión, la tolerancia y el diálogo:

“Invocamos al Espíritu Santo en la solemnidad de Pentecostés para que la unidad y la armonía sean pronto una realidad en ese querido país, pues sólo el Espíritu, como nos dice el Papa Francisco… “reúne a los distantes, une a los alejados, trae de vuelta a los dispersos” (Solemnidad de Pentecostés, 9 de junio de 2019).   Que el Divino Salvador del Mundo, por intercesión de la Inmaculada Virgen María y de San Oscar Romero, proteja y bendiga a todos los nicaragüenses, concediéndoles mediante el diálogo y la colaboración de todos, la tan anhelada paz social en Nicaragua”.

Mons. David J. Malloy de Rockford, presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), al expresar su solidaridad con la Iglesia en Nicaragua, recordó cuando el Vicario Apostólico de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, el arzobispo Timothy P. Broglio, viajó a Nicaragua en el 2018 para expresar la solidaridad de la USCCB con los obispos de ese país, y expresó en su homilía en la Catedral de Managua:  'Veo el compromiso de sus obispos como un signo del amor de Dios.'

Al respecto, Mons. Malloy de Rockford señaló que, en las últimas semanas, los obispos nicaragüenses han demostrado, una vez más, la validez duradera de ese sentimiento. También retomó las palabras de Monseñor Juan Antonio Cruz Serrano, Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de Estados Americanos, cuando declaró recientemente que 'la Santa Sede no puede dejar de expresar su preocupación', e hizo un llamamiento 'a las partes para que encuentren caminos de entendimiento, basados en el respeto y la confianza mutua, buscando ante todo el bien común y la paz'.

Por último, el presidente del Comité Justicia y Paz Internacional, expresó la firme solidaridad con los obispos nicaragüenses, sacerdotes y misioneros extranjeros, “en su vocación de anunciar libremente el Evangelio y vivir la fe. La fe del pueblo nicaragüense, que se solidariza con sus obispos y sacerdotes, es una inspiración para todos nosotros”, afirmó.

El Padre de la Orden de los Padres Carmelitas, padre Miguel Márquez Calle: "el Carmelo Descalzo arropa y abraza a la Iglesia y al pueblo nicaragüense. Hoy todos nosotros somos Nicaragua". Con estas palabras inicia el mensaje del padre General expresando, de parte de los Carmelitas la plena solidaridad con la Iglesia nicaragüense, "que padece por ser fiel al evangelio y por defender la dignidad y libertad de cada ser humano. Quiero pedir a toda la Orden que oremos unidos, que seamos 'resistencia misericordiosa ' y perseverante". Ante la captura violenta por la policía contra Mons. Álvarez, el Carmelita Descalzo, padre Miguel Márquez, expresó su dolor ante este nuevo sufrimiento del pueblo de Nicaragua, que ha sido "privado de otro pastor fiel servidor del Evangelio", e invitó a orar por "este obispo, defensor de la dignidad humana en nombre de Cristo, para que su integridad sea respetada y que sea liberado de inmediato".

El religioso, afirmó que la espiritualidad y la oración en el Carmelo son siempre fuente de verdad y de valentía para estar con la Iglesia, con los que sufren y con los pobres, y que en Nicaragua tienen una parroquia y un Monasterio de carmelitas y carmelitas seglares:

"Presencias, como tantas y tantas en Nicaragua, con el único interés de vivir y anunciar el evangelio con la vida y el cuidado de la dignidad de cada ser humano, y su libertad, con la oración y la gratuidad. Con los carmelitas descalzos, las descalzas y los carmelitas seglares encendemos nuestra lámpara pidiendo luz, sabiduría, humildad y escucha, para los que tienen la autoridad de servir para defender la libertad y la verdad".

Al final de su mensaje una conmovedora petición: "Querida Iglesia de Nicaragua, con Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, con todos los Santos del Carmelo queremos invocar y pedir para vosotros la audacia humilde y la frescura de los que están entre el pueblo para dar vida y ser sembradores de semillas de fraternidad y reconciliación. Acogemos vuestro dolor y vuestra inquietud. Oramos insistentemente, sin desfallecer, sin desanimarnos, para que en cada pueblo, en cada país, en Nicaragua y en toda América Latina se encuentren siempre caminos de paz, de diálogo, de respeto, de convivencia en la diversidad, de Fe y Esperanza, y el evangelio siga siendo semilla  de paz en la verdad".

La presidencia de la Conferencia Episcopal de Venezuela, afirma que los obispos han seguido con "atención y preocupación los acontecimientos que han afectado a la hermana Iglesia en Nicaragua, y mostrado nuestra cercanía hacia ella". Además los han acompañado, en la oración, y siguen haciéndolo, "pidiendo a Dios por la pacífica superación de la situación de inquietud y tensión generada por el cierre de medios de comunicación, salida de religiosas, suspensión de actividades eclesiales, detención de sacerdotes y una actitud permanente de enfrentamiento con algunos miembros del episcopado".

Asimismo, los obispos venezolanos, deploran la situación que vive la Iglesia de Nicaragua, que se ha "agravado hasta llegar al desalojo por parte de los organismos del Estado y la detención de Mons. Rolando José Álvarez Lagos y de sus acompañantes de la Curia Episcopal de Matagalpa. Al deplorar tales acontecimientos, que son expresión no sólo de una actitud hostil hacia la Iglesia Católica sino del grave deterioro del estado de derecho y de las garantías ciudadanas que sufre hoy nuestro hermano país, unimos nuestras voces a todos aquellos que exigen hoy a las autoridades nicaragüenses el respeto de la vida, integridad y salud de todos los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, agentes de pastoral laicos, asegurando el pleno uso de sus derechos ciudadanos de movilización, expresión de las propias opiniones, y las garantías de libertad de culto y religión para todos".

Por último, los obispos de venezuela reiteran el compromiso fraterno, la comunión y solidaridad de la Conferencia Episcopal de Venezuela con el episcopado nicaragüense y todos los miembros de la Iglesia en Nicaragua. E imploran sobre los Obispos y sacerdotes, la sabiduría y la fortaleza dones del Espíritu Santo para que puedan cumplir a cabalidad su tarea de padres y pastores de todos". Al sus obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y fieles invitan a perseverar en la oración por la Iglesia en Nicaragua.

En su mensaje de solidaridad a la Iglesia de Nicaragua, la Conferencia Episcopal Puertorriqueña ha enviado un mensaje en el recuerda que para que “se dé un clima de diálogo es indispensable el cese de la violencia y la agresión y que se garanticen los derechos constitucionales de todos los nicaragüenses, y en el caso de los extranjeros, de los que allí se han insertado legítimamente en la sociedad para realizar la obra humanitaria y religiosa para la que se les admitió al país”. Además, advierten que “el confinamiento de Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, ha escalado la animadversión a niveles muy peligrosos”.

La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) ve con preocupación lo sucedido con la Iglesia de Nicaragua, y se unen en oración con la  Iglesia de Nicaragua, y acompañan "con todo el afecto fraterno a la Iglesia de Dios en Nicaragua”, y agregan:

“Agradecemos el testimonio de fidelidad a Cristo y a los humildes que están ofreciendo. La comunión que han mantenido en medio de las pruebas y la serena confianza en el Señor Resucitado que están proclamando en estas horas de cruz”.

Desde España, el Card.  Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española envió una carta a Mons. Carlos Enrique Herrera, obispo de Jinotega, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua. Según el sitio de la Conferencia Episcopal Española, en la carta se expresa la preocupación de los obispos españoles, que han estado "siguiendo con preocupación las noticias sobre la situación grave que está viviendo la Iglesia nicaragüense en su misión de anuncio del Evangelio y las dificultades que está poniendo el gobierno a esta misión con el cierre de las emisoras parroquiales y del Canal Católica de la Conferencia Episcopal y los obstáculos que ponen las fuerzas policiales para el acceso de los fieles a los templos y con la detención de sacerdotes".

Una situación, agravada, se lee en el sitio oficial del Episcopado, con "la detención y secuestro"... del Sr. Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando José Álvarez junto a las personas que le acompañaban en la curia episcopal. "Las circunstancias y el contexto de estas detenciones son realmente preocupantes pues se producen en un momento de grave deterioro de los derechos humanos en el país”.

"Ante esta situación injusta y antidemocrática, el Card. Omella envía a la Conferencia Episcopal de Nicaragua la oración y el deseo de una liberación inmediata de Mons. Rolando Álvarez, así como el respeto a su persona y a su misión". Además piden "a quien corresponde velar por el bien de los ciudadanos nicaragüenses, la libertad de todos sus acompañantes y, en general, de todo el pueblo sumido en estos tiempos en una dolorosa falta de libertad”. Y por último, el purpurado, pide al pueblo católico español, unirse en oración con el pueblo nicaragüense,, ante la Virgen María en su Inmaculada Concepción, para que se produzca pronto, se lee,  la deseada libertad para las personas presas, así como el restablecimiento de la libertad para la Iglesia y para todo el querido pueblo nicaragüense”.