El Ministerio de Salud Pública de Tucumán confirmó este domingo por la mañana la quinta muerte de un ciudadano local a causa del contagio de la bacteria Legionella. Se trata de un hombre de 64 años “vinculado al conglomerado de casos de neumonía bilateral”, según apuntaron.
El parte agregó que el paciente tenía comorbilidades y que “se encontraba internado en grave estado, en el sector público” por esa enfermedad vinculada a la bacteria legionella, de acuerdo con la confirmación en los laboratorios de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos Malbrán”.
La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, confirmó ese mismo día por la tarde que la bacteria que causó estas serias complicaciones de salud en los 11 contagiados era la legionella.
“Es una bacteria que se está tipificando. Es posible que sea una legionella neumófila, por lo que no se trata de ningún virus desconocido”, explicó en conferencia de prensa.
QUÉ ES LA LEGIONELLA Y CÓMO SE PROPAGA
Es una bacteria que suele encontrarse en el agua dulce, en lagos y arroyos. Pero también aparece en los sistemas de agua de los edificios. Se puede propagar a través de los lavamanos, las bañeras de hidromasaje, tanques de agua caliente y calentadores de agua, depósitos de los limpiaparabrisas de los autos, sistemas de tuberías complejos y en las torres de enfriamiento, las estructuras que contienen agua y un ventilador como parte del sistema centralizado de enfriamiento del aire en edificios.
En este sentido, el Ministerio de Salud de Tucumán confirmó días atrás que están investigando el agua y los sistemas de aire acondicionado de la clínica donde se dio el brote de neumonía bilateral.
LEGIONELLA: CÓMO PREVENIR
La mayoría de las personas sanas expuestas a esta bacteria no se enferman, pero sí tienen más riesgo los mayores de 50 años, los fumadores o exfumadores, quienes tienen enfermedad pulmonar crónica o el sistema inmunitario debilitado, los pacientes con cáncer o con otras enfermedades preexistentes como diabetes, insuficiencia renal o hepática.
Las principales medidas de control es cualquier acción que minimice la proliferación de esta bacteria en los sistemas de distribución y almacenamiento de agua, en los sistemas de refrigeración y de generación de aerosoles.
Mantener, limpiar y desinfectar periódicamente las torres de enfriamiento, utilizando de manera frecuente o sistemática agentes biocidas.
Mantener una concentración idónea de agentes biocidas, como cloro, en las instalaciones de hidromasaje, asegurando el vaciado y la limpieza completos de todo el sistema por lo menos una vez a la semana.
Mantener limpios los sistemas de agua fría y caliente, asegurándose que el agua caliente se mantenga por encima de 50 °C y el agua fría por debajo de 25 °C ; o bien tratar las instalaciones con un biocida adecuado para limitar el crecimiento bacteriano, sobre todo de hospitales y otros centros sanitarios y geriátricos.
Reducir el estancamiento abriendo semanalmente las canillas no utilizadas de los edificios.