El obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia, monseñor Roberto Pío Álvarez, presidió el sábado 24 de septiembre la misa por el Domingo Bíblico Naciona. En su homilía, monseñor Álvarez reflexionó a la luz del Evangelio de Lucas en el pasaje donde se relata la parábola del rico y el pobre Lázaro. El prelado dijo que “muchas veces estamos atravesados por ideologías lo que hace posicionarnos y la Palabra quiere sacarnos de esa posición que tiene más que ver con ideologías que con la Buena Noticia de Jesús”.

El obispo auxiliar advirtió que existen “ciertos abismos” con las posiciones económicas y culturales y “nosotros podríamos hacer la misma descripción en infinidad de realidades de nuestra Argentina, con el 40% bajo la línea de pobreza”. En tanto que, además, señaló que “Jesús quiere que nos preguntemos en qué modo se generó el abismo y quiere hacernos descubrir desde la constatación de lo que sucede que a veces somos grandes generadores de abismo”.

Es por eso que, continuó, es necesario “preguntarnos en algún momento si no estamos ensimismados en nuestros espacios y en donde gastamos gran parte de nuestra vida en cosas superfluas cuando hay gente al lado yaciendo tirada”.

Monseñor Álvarez afirmó que “no alcanza que llegue Jesús de Nazaret, alcanza con el Antiguo Testamento, para el escándalo de quienes yacen pobres y con llagas y entonces nosotros también deberíamos preguntarnos por nuestra humanidad”. El Evangelio de Lucas invita a reflexionar sobre “qué hemos hecho por nuestro hermano y el grito de la Palabra de Dios en Lucas nos dice qué hemos aportado para que ese abismo no exista”.

Finalmente, agregó que “si uno lee palabras así y tiene un poquito de sensibilidad humana, se nos debería estrujar el corazón y esta Palabra de Dios que es viva y eficaz tendría que poder atravesar todos los pruritos y prejuicios que tenemos”.

La Iglesia está celebrando en este mes de septiembre el Mes de la Biblia con la intención de que en las comunidades cristianas se desarrollen actividades que permitan a los fieles acercarse mejor y con más provecho a la Palabra de Dios.

La decisión de elegir este mes para esta celebración es porque el santoral recuerda la muerte de San Jerónimo, ocurrida el 30 de septiembre del año 420. El santo tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín. Esta traducción es conocida como la Vulgata.