La parroquia Inmaculada Concepción de María celebró este jueves 8 de diciembre sus fiestas patronales. Las celebraciones incluyeron una procesión hasta el altar ubicado en la intersección de las calles Lavalle y Madero frente al río, donde el obispode San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea presidió la misa. Concelebraron el párroco, presbítero José Luis "Cote" Quijano y varios sacerdotes.

En su homilía, monseñor Ojea destacó que Dios "preparó su venida a este mundo a través de esa mujer a la que preservó del pecado original, es decir, nos encontramos con una persona que no sabe lo que es no amar". El prelado se refirió a María como “la que hizo posible que Jesús caminara con nosotros y nos diera la salvación".

"Es notable como María deja entrar a Dios en su vida. Ella tendría otro proyecto, y es una invitación para nosotros, para sumarnos al proyecto que Dios tiene: tenemos que dejarlo entrar en nuestra vida", manifestó.

A continuación, el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) señaló que "la Virgen nos pide que la imitemos en esa fe arrojada" e invitó a "acercarnos a la Madre, a la inocencia, pongámosle delante nuestros límites, nuestros errores, nuestras dificultades personales y sociales."

Al finalizar la misa se realizó la tradicional procesión náutica encabezada por la embarcación que llevaba a la Virgen, seguida por barcos de diverso tamaño. Sobre las márgenes del Río una gran cantidad de fieles saludaba a María al pasar.