“La beneficencia es buena, pero es pagana. Cristiana es cercanía, caridad con oración. Y eso es bueno”, planteó hoy el Pontífice al dar el premio Madre Teresa a tres personas que viven la caridad hacia “los más pobres entre los pobres”.

Los tres distinguidos por el Papa en el día de su cumpleaños 86 fueron el sacerdote franciscano sirio Hanna Jallouf, el representante de los sin techo Gian Piero “Wué” y el industrial italiano Silvano Pedrollo, a quien les entregó una pequeña escultura destinada a ser un signo de gratitud a quienes se ocupan de los más pobres.

Con agenda normal, durante la mañana de este sábado el Papa recibió además a los cardenales Marc Ouellet y Marcello Semeraro, al obispo italiano Fabio Dal Cin, al presidente esloveno Robert Golob y a seminaristas de la Diócesis de Roma.

Tras una audiencia de media hora, Golob le regaló al Papa una camiseta de Andrés Vombergar, futbolista de origen esloveno que juega en San Lorenzo de Almagro y representa a la selección del país europeo.