En ese sentido, esta será la sexta ocasión en que nuestro país juegue una final del mundo. ¿Cómo le fue?

La celeste y blanca fue protagonista del primer mundial de la historia que se jugó en el país vecino de Uruguay. La Selección nacional llegó a la gran final ante los locales. En un Estadio Centenario repleto por uruguayos, la victoria sería a favor de Los Charrúas por 4 a 2. 
Muchísimos años tuvieron que pasar para que Argentina vuelva a disputar una final del mundo y lo haría en condición de local. En aquel recordado Mundial donde nuestro país estaba bajo la dictadura militar, la selección dirigida por Cesar Luis Menotti venció por 3 a 1 a Países Bajos para que El Monumental colmado por argentinos festejen el primer título mundialista.
Con Diego Armando a la cabeza del plantel que comandaba Carlos Salvador Bilardo, Argentina llegaba a la final ante Alemania Federal. El partido comenzó favorable para La Albiceleste y supo ponerse 2 goles arriba pero en una ráfaga de 5 minutos, Los Teutones igualaron el marcador. Finalmente, tras una genialidad del "10" argentino que asistió a Burruchaga, el delantero quedó libre y marcó el 3 a 2 final con el que Argentina gritaría campeón por segunda vez.
Cuatro años después se reditaría la misma final aunque con un final distinto y del que todos nos lamentamos. Los alemanes se cobraron revancha y Andreas Brehme convirtió de penal el 1 a 0 definitivo para Los Teutones. Una final de la que todos recuerdan a Maradona llorando y de la polémica decisión del árbitro Codesal de cobrar ese penal a falta de 5 minutos.
Y llegaba una vez más Alemania. Los europeos venían de apabullar 7 a 1 a Brasil en las semifinales mientras que Argentina había vencido por penales a Países Bajos. En la final más repetida de los mundiales y con un héroe impensado, los europeos se llevarían el triunfo con gol de Mario Gotze  y sumarían su cuarto título del mundo.
Este domingo Argentina y Messi buscarán la revancha ante la selección que los dejó afuera de Rusia 2018. Tanto el combinado nacional como los franceses quieren añadir a sus vitrinas su tercera Copa del Mundo.