Era un extranjero aborrecido por los judíos que por haber usurpado el trono desconfiaba de todos hasta la ridiculez. Al enterarse por los Magos del nacimiento del Mesías en Belén de Judá, y por temor a perder el trono, comenzó a tramar un plan para matar al recién nacido. Cuando se vio burlado por los Magos, se enfureció y ordenó la matanza de todos los niños de dos años para abajo, en Belén. Pero un ángel avisó a José que huyese con María y el Niño a Egipto, poniéndose de esta manera a salvo. Desde los primeros siglos la Iglesia celebra en esta fecha la fiesta de los Santos Inocentes, los primeros mártires que dieron su vida por Cristo.