Recuerdo patente la madrugada del jueves santo, en que jugando a la loba y escuchando radio, nos enteramos del desembarco en Malvinas y el llamado a todos los soldados conscriptos clase 62, que habían sido dados de baja, a reincorporarse a sus cuarteles. La siesta del 2 de abril en la estación de Corrientes, había cientos de chicos que iban a sus regimientos en Mercedes, Curuzú, Libres y Monte Caseros. Me causaba gracia el hecho que x fin viajaría en ese tren, sin ir de "colado" y sin preocuparme x el "chancho" (guarda). En la ingenuidad de nuestra juventud, creo q nadie de nosotros tenía conciencia real de lo que estaba ocurriendo. En el servicio militar nos enseñaron el uso de las armas, tácticas y supervivencia, para un eventual conflicto armado, lo cual estaba lejísimo de producirse, casi un imposible, pero debíamos estar preparados. La posibilidad de entrar en batalla nos ponía eufóricos. Era la alegría total, ibamos a desarrollar todo lo que aprendimos y padecimos en el campo de entrenamiento. Las lágrimas de las mujeres, madres, hermanas, los rostros serios de los hombres mayores, padres de los soldados, contrastaba con la alegría y locura de los soldados,que entre bromas y risas estabamos prestos a salir. Y todo el trayecto fue así, un clima alegre y divertido, solo unos pocos, quizá los mas racionales estaban serios, y eran blanco de las cargadas, de "cagón" o "nene de mamá" En la estación de Curuzú Cuatía, ya de noche, nos esperaba un camión para llevarnos al batallón. Allí ya estaba listo un grupo de tareas que salía a la madrugada. Fueron los que efectivamente se embarcaron a Malvinas. Desesperadamente traté de convencer a algunos de ellos de cambiar lugar,para ir en la primera tanda... Tuve suerte, xq nadie aceptó. Recuerdo a un soldado correntino de apellido Alvidez, al cual atormenté para que me diera su puesto... El viaje hasta Comodoro Rivadavia, mitad en tren, mitad en omnibus, era interminable, ya queríamos sentir el viento frio de Malvinas. En dos oportunidades estuvimos listos para partir, a bordo de las "chanchas" (Hercules) y vaya a saber xq en ambas situaciones se canceló el vuelo. Nos replegamos a una petroquímica abandonada, donde hicimos cuartel y vivíamos pendientes de lo que ocurría a través de la radio, festejando cada "triunfo" argentino y envidiando la "suerte" de los compañeros q estaban alla. El mensaje de nuestros superiores era "sus compañeros estan bien, tienen la suerte de pelear x su patria, Uds no se relajen, ya van a tener su oportunidad" Con el paso de los dias, fuimos sabiendo que no tenían para comer, que los borcegos se congelaban, y los bombardeos los estaban matando sin ver una cara de un ingles. LLegaron algunos heridosal hospital de Comodoro, entre ellos "Tio Tom" Fernandez... fuimos a verlo, no querían que hablemos con el, solo verlo...pero igual alguna información se filtraba. Estuvimos hasta el final del conflicto en esa petroquímica, tuvimos la suerte de salir y conocer la playa de Rada Tilli, asi sería el lugar donde ibamos a desembarcar en Malvinas. Tuvimos tambien un "alerta rojo" que no supimos si era x un submarino ingles o x movimientos chilenos, se manejaban las dos versiones y ninguna confirmada. Al regresar, todos teníamos esa sensación de fastidio e impotencia, ignorantes del horror vivido x los camaradas. Aún en ese momento todavía queríamos pelear, no importa como. Rendirse nunca estuvo en nuestros pensamientos. Al regreso un compañero me dijo "los ingleses nos trataron mejor y con mas respeto que nuestros jefes" Y me acordé el momento en que recien llegados a la petroquíca, un soboficial mayor encargado de compañía me quiso cortar el pelo el mismo, a lo cual me negué mal y le dije "yo vine a pelear, no hacer de su payaso". Terminé estaqueado y tapado con paño de carpa, hasta la madrugada, en que un cabo de apellido Silvero, me liberó e hizo hacer movimientos vivos xq me estaba congelando. jaja!! Para la baja definitiva, a los que fuimos convocados y reincorprados, nos pagaron 3 meses de sueldo, dinero que se vió sumamente "reducido" al q figuraba en planilla, porque según el jefe de intendencia "se había perdido mucho material"...jaja!! Algunos me dijeron contá tus anecdotas... solo puedo decir que eramos muy pendejos, que la muerte era algo muy lejano, que en la mayoría de los casos los problemas mas graves eran "sacar esa materia" o una pelea con la noviecita. Que muchos camaradas no volvieron, muchos regresaron mutilados o heridos y todos tremendamente golpeados x una realidad inesperada, tanto en el campo de batalla como dentro la sociedad misma... Un abrazo a todos los camaradas en su día!!!

En la postal el que está en el centro es Manuel Valenzuela.-