El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, inició la Semana Santa -en la que los cristianos conmemoran la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén-, presidiendo la celebración del Domingo de Ramos en la catedral metropolitana e interpelando a la feligresía acerca de la labor incansable de todos de trabajar por la paz.

"Jesús se presenta como lo había anunciado Zacarías: justo, victorioso, humilde. Es un rey manso, humilde, pacífico y pacificador", recordó el purpurado porteño durante la homilía.

Asimismo, destacó que el pueblo que lo aclamaba, y que después pedía su crucifixión, no lo conocía a Jesús.

En ese sentido, el cardenal Poli invitó a todos a conocer a Jesús para poder intimar con Él.

"Él que en todo momento pensaba en nosotros y soportó todo para que se cumpla lo que estaba escrito", sostuvo, y agregó: "Deseamos que Jesús entre en Buenos Aires, en cada uno de sus barrios, en las casas y sobre todos en los corazones para que nos ayude a amarnos como Él nos ama".

El cardenal Poli preguntó a los presentes si estaban dispuestos a trabajar por la paz, porque es a eso a lo que llama Jesús con su ejemplo, y de esa forma se podrá responder a su llamado.

"No dejemos que se apague en nuestras almas la luz esplendorosa del Espíritu Santo", pidió al final de su predicación.

Antes de dar la bendición final, el cardenal Poli señaló que puede ser extensiva a todas las personas que reciban en su frente la señal de la cruz, e invitó especialmente a llevarla, junto con el consuelo, a los ancianos, enfermos y quienes más la necesitan.