La Comunidad de San Egidio en Buenos Aires se unió a la vigilia de oración en Roma y otros puntos del mundo en recuerdo de los cristianos perseguidos y de los mártires de este tiempo.

El recuerdo de quienes en estos últimos años – hombres, mujeres, religiosos, catequistas sacerdotes, obispos- dieron su vida por el Evangelio, se realizó un acto de oración el 4 de abril en la parroquia Santa Julia, del barrio porteño de Caballito.

El acto comenzó con la recordación de Martín Luther King, pastor bautista estadounidense asesinado un 4 de abril hace 55 años atrás, a quien se definió como “un hombre de diálogo y reconciliación, que ha escrito en su libro de sermones: ‘amar a nuestros enemigos. El perdón es un catalizador que crea la atmósfera necesaria para empezar de cero’”.

Presidió el acto monseñor Ernesto Giobando SJ, obispo auxiliar de Buenos Aires, quien se sentó en la primera fila de bancos junto a dignatarios de otras iglesias cristianas y fue al ambón a predicar la homilía.

Citando al papa Francisco, monseñor Giobando invitó a hacer memoria de todo lo que el Señor ha hecho: Jesucristo vino a dar testimonio del amor de Dios Padre, y ese amor se ha manifestado en el dolor, en el sufrimiento de la Cruz y en la muerte del Redentor.

Al referirse a los mártires del tiempo contemporáneo, expresó que el martirio no se improvisa, es el testimonio de una vida entregada a Dios, y citando al papa Francisco, habló del “ecumenismo del martirio”, que hermana con el fundamento del dolor.

Previamente, había predicado una meditación el arzobispo de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía, monseñor Crisóstomo Gassali, y había leído el Evangelio el párroco de Santa Julia y encargado de ecumenismo y diálogo interreligioso del arzobispado porteño, presbítero Carlos White.

Participaron de la ceremonia el arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Griega del Patriarcado de Constantinopla, monseñor Gregorio, acompañado por el padre Ioannis; el arzobispo emérito de la Iglesia Apostólica Armenia, monseñor Kissag Mouradian; el presbítero Nazario Kashchak, canciller de la eparquía ucrania católica, y el pastor metodista Hugo Urcola.

Entre el medio centenar de asistentes se encontraban Marco Gallo, Andrea Poretti y otros miembros de la Comunidad de San Egidio; la presidenta de la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana, Martha de Antueno, y María Luis D’Osualdo de Cárdenas, católica, de la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas en Argentina (CEICA).

Intenciones de la oración ecuménica
Durante el acto ecuménico se rezó por quienes ofrecieron su vida por el Evangelio, continente por continente, y contestando los presentes “Kyrie Eleison” ante cada intención.

Fueron recordados en primer lugar los muertos en Europa, a quienes se pidió que intercedan por la paz en Ucrania. También a los mártires del comunismo, entre ellos el metropolita ortodoxo de Petrogrado, Beniamino, los cristianos asesinados en la Guerra Civil en España, invocando en especial al beato Zefirino; los mártires del nacional socialismo: el pastor reformado Paul Schneider, San Maximiliano Kolbe, el beato Franz Jägestäter; y los asesinados por las mafias.

Asimismo, se recordó en Francia al provincial de los monfortanos, padre Olivier Maire, asesinado por el autor del incendio de la catedral de Nantes, a quien él hospedaba para ayudarlo en la rehabilitación.

En Asia y Medio Oriente se rezó por los armenios, sirios, caldeos y todos los cristianos asesinados en el genocidio durante la Primera Guerra Mundial, y en particular se recordó al beato monseñor Ignacio Maloyan, arzobispo católico, martirizado en 1915.

En Pakistán se evocó al pastor anglicano William Siraj, asesinado por extremistas islámicos en Peshawar el 30 de enero de 2022; al padre dominico José Tran Ngoc Thann, asesinado mientras confesaba el 29 de enero de 2022, y a los que han sufrido por su fe en China, entre otros.

En América, se recordó a los mártires asesinados por su ministerio pastoral, entre ellos al santo Oscar Arnulfo Romero, de El Salvador. Se evocó también a los cristianos asesinados en los años veinte en México; al cardenal Posadas Ocampo, asesinado por su oposición al narcotráfico y en la Argentina al beato mártir Enrique Angelelli.

En África se recordó a los mártires por la paz y el diálogo, como los monjes trapenses de Notre Dame de l’Atlas, en Argelia, así como a los caídos en la lucha contra la corrupción y la idolatría del dinero en la República Democrática del Congo. Se recordó a varios religiosos asesinados en 2022, entre ellos el sacerdote copto-ortodoxo Arsenius Wade, “de 56 años, amigo de los jóvenes y de los pobres, asesinado en Egipto el 7 de abril de 2022, quien ya había sido amenazado de muerte por ambiente del extremismo islámico”.

El acto concluyó con la bendición de Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por el celebrante, y con una oración de cierre referida a San Francisco de Asís.