Mediante una declaración, los integrantes de la Mesa se dirigieron en particular a los líderes del país, a quienes llamaron a la responsabilidad ciudadana para la continuidad y el fortalecimiento de la democracia.

El documento pone el foco sobre los graves problemas que aquejan a la población, como la inseguridad, el narcotráfico, la inflación que agudiza la pobreza y la falta de oportunidades.
En ese marco, expresan su inquietud por percibir "una lejanía de la dirigencia política de los problemas reales".
 
A ello se le suman "discursos que no ayudan a apaciguar los ánimos, y que refuerzan las luchas internas y de poder”.
En ese contexto, convocan una vez más al diálogo respetuoso y llaman a alejarse “de aquellas situaciones donde predomina el ‘griterío’ improductivo y la violencia discursiva”.