Tras concluir el rezo del Regina Caeli desde la ventana del Palacio Apostólico, Francisco dirigió su pensamiento a Sudán: "Es triste, pero un mes después del estallido de las violencias la situación sigue siendo grave". El Pontífice alentó "los acuerdos parciales", y renovó "un sentido llamamiento a deponer las armas".

De ahí el llamamiento a la comunidad internacional para que no escatime esfuerzos "para hacer prevalecer el diálogo y aliviar el sufrimiento de la población". A continuación, el Obispo de Roma exhortó: “¡Por favor, no nos acostumbremos a los conflictos y a la violencia! Por favor, ¡no nos acostumbremos a la guerra! Y continuemos a estar cerca del martirizado pueblo ucraniano”.

En Sudán, el ejército y las fuerzas paramilitares de apoyo rápido (RSF) alcanzaron ayer un acuerdo de alto el fuego y una tregua humanitaria de siete días. La noticia, anticipada anoche, fue confirmada por Estados Unidos y Arabia Saudí en una declaración conjunta tras las conversaciones mantenidas en Yeda. El acuerdo entrará en vigor 48 horas después del pacto, es decir, a las 21.45 hora local del lunes 22 de mayo. Sin embargo, hasta ahora, desde el estallido de los enfrentamientos entre las dos facciones en el poder el pasado mes de abril, que se cobraron cientos de víctimas, las dos partes habían acordado previamente la protección de los civiles y la ayuda humanitaria a los afectados por el conflicto, pero se habían incumplido los altos el fuego. Según el Departamento de Estado estadounidense, el cese de las armas "podría ampliarse con el acuerdo de las partes". Los representantes del jefe del ejército, Abdel Fattah al-Burhan, y de su ex vice, convertido en rival, Mohamed Hamdan Daglo, prometieron no buscar ninguna ventaja militar antes de que el alto el fuego entre en vigor a las 21:45, hora de Jartum, del 22 de mayo.