“Quisiera expresar mi gratitud a todas las personas que, durante los días de mi internación en el Hospital Gemelli, me demostraron afecto, atención y amistad y me aseguraron el apoyo de la oración. Esta cercanía humana y espiritual me ha sido de gran ayuda y consuelo. ¡Gracias a todos! ¡Gracias a ustedes! ¡Gracias de corazón!”

Con estas palabras el Papa Francisco agradeció a los fieles, en su primer Ángelus después de ser dado de alta el viernes, la cercanía y oraciones que recibió tras ser sometido a una intervención chirúrgica, el pasado 7 de junio, en el Hospital Gemelli, en el que estuvo internado más de una semana.

Hoy, Francisco se asomó nuevamente desde la ventana del Palacio apostólico y ofreció su reflexión centrándose en el pasaje del Evangelio de Mateo en el que Jesús envía a los doce Apóstoles a proclamar que “el Reino de los Cielos está cerca” (Mt 10,7).

“El reino de Dios, es decir su señorío de amor, se ha hecho cercano, viene en medio de nosotros” afirmó el Papa, y ésta es “la realidad fundamental de la vida: la cercanía de Dios, la cercanía de Jesús".

Dios es un Padre cercano en los momentos difíciles

A los numerosos fieles y peregrinos congregados en la plaza de San Pedro, el Papa explicó que “Dios no es distante, sino que es Padre”, conoce a sus hijos y los ama, “también cuando vas por senderos empinados y difíciles, también cuando caes y te cuesta levantarte y retomar el camino”.

“Es más, a menudo en los momentos en los que eres más débil puedes sentir más fuerte su presencia. ¡Él conoce el camino, ¡Él está contigo, Él es tu Padre!”

Francisco invitó a los fieles a quedarse en esta imagen, “porque anunciar a Dios cercano es invitar a pensar como un niño, que camina de la mano del padre”, y “el mundo, grande y misterioso, se vuelve familiar y seguro, porque el niño sabe que está protegido”.

“Es por esto que Jesús parte de aquí, porque la cercanía de Dios es el primer anuncio: estando cerca de Dios vencemos el miedo, nos abrimos al amor, crecemos en el bien y sentimos la necesidad y la alegría de anunciar”.

Ser como los niños que miran el mundo con confianza  

“Si queremos ser buenos apóstoles debemos ser como los niños, indicó el Santo Padre, sentarnos ‘en las rodillas de Dios’ y de ahí mirar el mundo con confianza y amor, para testimoniar que Dios es Padre, que Él solo transforma nuestros corazones y nos da esa alegría y esa paz que nosotros mismos no podemos alcanzar”.

El anuncio es testimonio gratuito

Y para “anunciar que Dios está cerca”, hay que seguir lo que Jesús aconseja en el Evangelio: “no decir muchas palabras, sino realizar muchos gestos de amor y de esperanza en el nombre del Señor”: “Este es el corazón del anuncio: el testimonio gratuito, el servicio”.

Con Jesús estar cerca de quien sufre

Antes de rezar a la Madre de Dios y concluir su reflexión, el Papa invitó a los fieles a preguntarse a sí mismos si confían en el Señor y saben mirar adelante con confianza “como un niño que sabe que es llevado en brazos del padre”, si oran y escuchan la Palabra y se acercan a los Sacramentos.

“Cerca de Él, ¿sabemos infundir valentía a los otros, hacernos cercanos a quien sufre y está solo, a quién está lejos y también a quien es hostil?”

"Y ahora recemos a María, para que nos ayude a sentirnos amados y a transmitir la cercanía y la confianza", concluyó el Santo Padre.