El director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), padre Fernando Sánchez CM, junto con monseñor Fernando Croxatto, obispo de Neuquén y presidente de la Comisión Episcopal de Misiones; y monseñor Vicente Bokalic CM, obispo de Santiago del Estero, visitaron a los misioneros argentinos que se encuentran en la Amazonia Peruana

La visita se realizó desde el 13 al 30 de junio. “El objetivo fue acompañar y animar a los misioneros, conocer la nueva zona de misión encomendada, escucharlos, ver cómo se encuentran”, contó el religioso.

"Actualmente, son cinco los misioneros que se encuentran trabajando en el Vraem, dentro del departamento del Cuzco”, precisó el padre Sánchez. 

Se trata, detalló, del presbítero Juan Manuel Ortiz de Rozas, de la diócesis de San Isidro; Flavia Cuadro, de la arquidiócesis de Córdoba; Celeste Pereyra, oriunda de Buenos Aires y perteneciente a la comunidad misionera de San Roque, diócesis de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña; Claudia Novarino, de la diócesis de Villa de la Concepción del Río Cuarto, y la hermana Sara Dalzotto, perteneciente a la Congregación de la Mercedarias.

Luego de pasar por Ayacucho, el religioso y los dos obispos emprendieron viaje hacia Kimbiri. “Fue un viaje que duró unas seis horas en camioneta. Fuimos saliendo de las sierras ayacuchanas, por caminos sinuosos, y poco a poco nos fuimos internando en la verde y frondosa selva”, contó el padre Sánchez, y agregó: “A medida que avanzábamos por el camino dejábamos detrás el fresco de la altura para aclimatarnos poco a poco al caluroso ambiente de la selva".

El director de OMP indicó que "Villa Virgen dista aproximadamente unos 80 kilómetros de la sede parroquial. Allí hacen presencia Claudia y Celeste, en una casita que fue construida para quienes animen y acompañen en la zona”.

“Los restantes misioneros viven en Kimbiri: el padre Manuel en la casa parroquial, mientras que la hermana Sara y Flavia, en dos cuartos arrendados por el municipio de Kimbiri, gestionados por la comunidad parroquial”, puntualizó. 

En la carta, el religioso manifestó también que, "durante la visita, hemos tenido la oportunidad para hablar con algunos laicos, y desde ya también con los misioneros, tanto personalmente como en comunidad. Lo que se ha podido constatar es la alegría y el entusiasmo de los laicos más cercanos a las comunidades, cuyos mimebros han expresado el agradecimiento por la presencia de los misioneros”.

“Esta presencia los ha llenado de nuevas esperanzas, se sienten acompañados y bendecidos por Dios en la persona de los misioneros. Estos se ven cercanos y afectuosos con la gente, involucrados con la misión, conocen a muchos por sus nombres y apellidos, sus historias de vida con sus problemáticas, los lugares donde viven en las comunidades”, profundizó.

Asimismo, destacó que, “como parte del servicio pastoral que desarrollan, están integrados en el vicariato, comprometidos en distintos servicios; y, en lo parroquial, llevando adelante iniciativas y propuestas de apostolado, involucrando a los laicos. Es una zona que ha estado por mucho tiempo desatendida o la atención era mínima, lo cual la hace una tierra de misión, donde hay campo para trabajar en muchos aspectos”. 

“En lo económico, los misioneros viven austeramente, con sencillez. Han pasado por momentos difíciles, donde han estado ajustados y han tenido que adaptarse, hacer sacrificios, renuncias y arreglárselas como han podido; aun así Dios providente los ha acompañado con su cuidado”, aseguró, y reiteró que, actualmente, “siguen necesitando de nuestra ayuda económica, para poder llegar a las comunidades que atienden, para hacerlo con mayor periodicidad y animar misioneramente la zona parroquial”.

El director de las OMP afirmó que, “desde lo comunitario, si bien han pasado por crisis, teniendo que afrontar dificultades de adaptación a la vida comunitaria, buscando un mayor entendimiento, han sabido hacer frente a los conflictos propios que presenta la vida en común e ir buscando, desde el diálogo, nuevos caminos para lograr un mayor entendimiento e integración, para bien de la misión".

Para finalizar, el padre Sánchez comentó que "los últimos cuatro días de visita fueron de convivencia. Iniciamos con un momento de diálogo de cosas de nuestra vida que no solemos compartir, las más profundas, que tocan nuestras historias de vida”.

“El resto de los días, desde la propuesta de conversación espiritual, fuimos buscando juntos el querer del Espíritu para la misión. Fueron días de abrir el corazón, en una escucha atenta y respetuosa, con apertura y disponibilidad a querer encontrar el deseo de Dios”, añadió.

“Sigamos acompañando, con nuestra oración, nuestro aporte económico y afecto a los misioneros, y demos a conocer este proyecto en nuestras comunidades y diócesis", pidió.