La comunidad arquidiocesana de Buenos Aires recibió este sábado con júbilo a su nuevo pastor, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, haciendo sonar desde el mediodía las campanas de los templos porteños para darle la bienvenida y rezando por su servicio pastoral en esta jurisdicción eclesiástica.

El prelado de 55 años, cuyo lema episcopal es “No apartes tu rostro del pobre”, se convirtió este 15 de julio en el vigésimo séptimo obispo, décimo tercer arzobispo y octavo primado de la República Argentina. También en el sexto gran canciller de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA) y quinto moderador de los Tribunales Eclesiásticos: Interdiocesano Bonaerense y Nacional de Segunda Instancia. 

Monseñor García Cuerva llegó a la puerta de la catedral Primada, acompañado del administrador apostólico, cardenal Mario Poli y del nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk

En el nártex de la catedral, monseñor García Cuerva fue recibido por los obispos auxiliares de Buenos Aires y, tomando como referencia la antigüedad en el orden episcopal, monseñor Joaquín Sucunza fue el primero en besar su crucifijo. En tanto, monseñor Enrique Eguía Seguí le entregó la llave simbólica de la catedral y monseñor Alejandro Giorgi le entrega el aspersorio con el que roció el lugar con agua bendita. 

Seguidamente, el arzobispo electo y sus acompañantes se dirigieron en procesión por la nave central hacia el presbiterio para adorar al Santísimo Sacramento y oraron ante el tabernáculo especialmente emplazado frente al altar mayor. 

Luego realiza la profesión de fe y el juramento de fidelidad delante de monseñor Adamczyk, quien a su término pronunció la oración de práctica: 

Hermano Jorge Ignacio que el Señor te bendiga y te proteja de tal modo que Él, que te constituyó obispo de su pueblo por la elección del Papa Francisco, te haga feliz en esta vida y te permita compartir la felicidad eterna. 

Que el Señor te conceda por muchos años acompañar felizmente, con su providencia y con tu esfuerzo, al clero y a todo el pueblo de esta sede primada de Buenos Aires. Y que todos pastores y ovejas, obedeciendo los preceptos divinos, superando toda adversidad, abundando en toda clase de bienes, respetando fielmente tu ministerio, goce de la tranquilidad de la paz en este mundo y así merezca juntamente contigo gozar de la compañía eterna de los santos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Desde el presbiterio, el flamante arzobispo veneró las imágenes de Nuestra Señora de Buenos Aires y de San Martin de Tours, en medio de cánticos.

Finalmente, monseñor García Cuerva, monseñor Adamczyk y el cardenal Poli se dirigieron al altar de San Pedro para revestirse con los ornamentos de la misa; mientras que los presbíteros comienzan la procesión hacia Plaza de Mayo, seguidos por los obispos concelebrantes, para dar inicio a la celebración eucarística.

Lectura de la bula papal e imposición del palio
Después de venerar e incensar el altar, el nuncio saludó a quienes participan de la misa y un representante de la diócesis de Rio Gallegos, de la que proviene el nuevo arzobispo, dirigió unas palabras. "La patagonia profunda va a rezar por vos", le aseguró. Acto seguido se leyeron las Letras Apostólicas y un sacerdote leyó y exhibió la bula papal de designación. 

Monseñor Adamczyk invitó a monseñor García Cuerva o a sentarse en la Catedra y luego le impone el palio arzobispo que el Papa Francisco le entregó al arzobispo en el Vaticano, durante la solemnidad de San Pedro y San Pablo. Luego, el flamante arzobispo recibió el saludo de los obispos de la provincia eclesiástica de Buenos Aires. En ese momento, el flamante arzobispo bajó del altar para saludar al cardenal electo Luis Dri.

Luego el cardenal Poli dirigió unas palabras en nombre de la comunidad arquidiocesana. "Te deseo lo mejor, lo que Dios quiere. ¡Que seas muy feliz, como yo lo he sido, y mucho más. Que Dios te bendiga", le expresó el purpurado porteño.

A continuación, realizaron el saludo de obediencia dos sacerdotes del clero secular, otros dos del clero regular, dos religiosas, dos religiosos no sacerdotes, dos consagradas no religiosas y cuatro laicos.