Este descenso continúa una tendencia que comenzó en diciembre último, pero la industria aun así pudo cerrar el primer semestre del año con un crecimiento de 1,2% en comparación con igual periodo del año pasado.

Los aumentos de precios en junio fueron más moderados que en meses anteriores, pero las industrias pymes comenzaron a notar una cierta desaceleración en los pedidos de producción. Esto se debe a que el poder de compra del ingreso personal se ha debilitado, lo que significa que los consumidores tienen menos dinero para gastar.

Un fenómeno que ocurre en algunas ramas industriales es la sobreacumulación de stocks de insumos por temor a que su desabastecimiento genere gastos extraordinarios además de costos logísticos. Ello provoca no sólo una menor liquidez financiera, sino una postergación de inversiones en maquinarias o reparaciones, que posibilitarían aumentar su capacidad de producción y la oferta del mercado.

Estos resultados surgen del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) que elabora CAME, con una muestra que alcanzó a 404 industrias pyme a nivel federal.