Contando acerca de la misión argentina en la Amazonia, Claudia Novarino participó del programa Claves para un Mundo Mejor, que conduce Tito Garabal.

La joven cordobesa ha decidido entregar parte de su vida como misionera en la Amazonia y, en la entrevista, contó que el motivo por el que decidió asumir esa tarea en ese lugar tan complejo es “un llamado vocacional”.

“Soy enfermera y, en ese trabajo de servicio, sentí que Dios me llamaba a algo más, que no sabía que era. A través de la oración, el discernimiento, el acompañamiento espiritual, Dios me presenta este proyecto que es de la Iglesia en la Argentina, en cooperación con la Iglesia del Perú, aquí en la Amazonía”, relató.

Siguiendo el pedido del Papa, la Argentina ha enviado cinco misioneros a la Amazonia, que en este momento se encuentran trabajando en la nueva parroquia San Juan Bautista, en la parte sur del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, que son brazos del Amazonas.

Sobre la labor misionera que realizan, Claudia destacó que “nuestra presencia acá es animar la fe”. “Planificamos la semana a la luz de la Palabra, a la luz del Espíritu, a la luz de la escucha de las comunidades que vamos visitando. Vamos viendo qué necesitan esas comunidades y ese oído atento nos hace ver cuál es la realidad del lugar”, detalló.

El plan Pastoral del vicariato es crear comunidades vivas en torno a Jesús. De este modo, los encuentros se planifican a través de la realidad que van observando.

Aunque explicó que el año pasado, cuando llegaron, tuvieron que “remar”, la joven misionera argentina se alegra porque “ahora somos familia, nos quieren, nos esperan, nos extrañan. Compartimos la vida, nos inculturizamos nosotros”.

Una misionera del Siglo XXI
“Para mí es la plenitud de la vida; plenitud digo porque la Providencia marca un antes y un después en tu vida”, destacó Claudia sobre cómo vive su misión.

“El desafío más difícil es ser una comunidad misionera en una tierra que no es misionera y tener que contagiar ese espíritu misionero desde lo comunitario”, relató la joven, y explicó que “los que estamos acá somos de diferentes carismas, laicos y un sacerdote, una religiosa,… integrar todo eso es una riqueza enorme, y todo eso ponerlo al servicio, abandonar lo que traemos cada uno para construir algo nuevo, eso ya es un desafío muy grande”.

Por último, concluyó con un mensaje a los jóvenes argentinos: “Ustedes están con nosotros acá, nosotros ponemos el cuerpo y la vida, pero es la Iglesia argentina en este proyecto”. A su vez, indicó que el proyecto está abierto para todos aquellos a los que les interese y se quieran sumar.

“Y no solamente este proyecto, hay proyectos para dentro de la Argentina y para afuera”, concluyó.