Miles de jóvenes peregrinos saludaron con gran alegría la llegada del Papa Francisco al Parque Eduardo VII en la ceremonia de Bienvenida que tuvo lugar en la Colina del Encuentro en el tercer día de la Jornada Mundial de la Juventud.

La bienvenida fue la primera respuesta visible y de gran dimensión a la invitación del Santo Padre a todos los jóvenes del mundo a reunirse en Lisboa celebrando la fe y demostrando la existencia de una Iglesia unida en su diversidad, que combina hábilmente tradición y contemporaneidad.

Y cumplió con creces lo que prometía: ser un evento festivo y colorido, movido por la fe.

El encuentro estuvo marcado por una atmósfera de alegría y unidad, que sirvió de lema para el arranque oficial de la Jornada Mundial de la Juventud.

“No fue una misa, fueron simplemente unas palabras de Francisco, pero unas palabras que calaron hondo”, contó Gonzalo Blanco, Delegado Nacional de la Pastoral de Juventud, en declaraciones a AICA.

El joven, oriundo de Córdoba, se mostró impresionado al ver cómo miles de jóvenes se conmueven con lo que dice Francisco, con su figura. “Son muchas cosas muy enriquecedoras para los jóvenes, muy esperanzadoras. Esto de que todos caben en la Iglesia, y remarcó el ‘todos’, que no hay nadie que no pueda estar en la Iglesia”, destacó, resumiendo el mensaje del pontífice.

Sobre el clima de alegría y fervor que se respira en las calles, señaló que es una sensación de fraternidad increíble: “Es increíble vivir el fervor de los jóvenes. Se respira mucho Dios, una forma de caminar en comunión con peregrinos de todo el mundo”.

“Es bueno también ese intercambio que hay. Hemos venido con regalitos tipo souvenir para intercambiar: pines, banderas, estampitas, … y también nos llevamos cosas muy lindas de otros países”, explicó, añadiendo: “Estamos con el corazón desbordante de alegría. Tenemos que elegir entre diferentes actividades porque no nos dan los tiempos y las distancias son largas”.

Luciana, coordinadora de Pastoral de Juventud de la diócesis de Zárate-Campana, también se mostró sorprendida con el clima que se vive en la Jornada: “Ya desde que llegamos a Lisboa se vive la Iglesia joven y universal, realmente un clima de alegría que no se experimenta en ningún lado. Solo con Cristo. Alegría genuina y que nace del sabernos todos hijos de Dios sin importar de dónde venimos”.

“Es una conexión muy grande que no sentís en ningún lado. El compartir intercultural. Inexplicable tantas banderas del mundo reunidas por lo mismo”, añade la joven, pero destaca que “esa alegría se triplicó con la bienvenida del Papa”.

“Cuando lo vimos entrar en el papamóvil, se nos puso la piel de gallina. Y luego cuando pronunció sus primeras palabras gritamos y aplaudimos de euforia”, explicó en declaraciones a AICA, y añadió: “Nos remarcó varias veces que fuimos llamados a esta JMJ por Jesús. Hemos sido llamados porque somos amados. Y también nos dijo que somos amados tal cual somos, sin maquillajes".

También contó que el Papa los animó “a no tener miedo, sino a tener coraje y nunca dejar de hacernos preguntas, ya que el que pregunta permanece inquieto”. “Que estos días de JMJ sean ecos del llamado valioso de Dios, nos decía Francisco y así será”, destacó Luciana.

“Realmente hoy es un día donde el alma desborda de alegría. Las calles de Lisboa no paran de festejar. Esto nos demuestra la multitud que somos siguiendo a Jesucristo. Los miles de Jóvenes a los que Jesús nos cambió la vida. ¡Y queremos ser muchos más! Como dijo Francisco: ‘En la Iglesia hay lugar para todos’. A seguir compartiendo y llenarnos para volver a casa y seguir anunciándolo”, concluyó.

Desde el santuario de Fátima, Rochi Díaz también se mostró muy emocionada: “Realmente costó tanto llegar acá que todavía no lo puedo creer, tengo una felicidad enorme de ver que somos muchos jóvenes a nivel mundial”.

“Que la Virgen sea la protagonista de la JMJ me parece muy fuerte, teniendo en cuenta que por medio de ella llegamos a Dios”, destacó la joven platense, que se encuentra haciendo el camino neocatecumenal con otros 105 jóvenes peregrinos.

A su vez, señaló que a través de esta experiencia “pude ver a Dios en mi historia vida, en cada situación de la peregrinación”. Además de valorar la comunión con hermanos de otros lugares, está viviend su tercera JMJ de una manera más profunda e íntima, “más que nada buscando mi vocación para ver qué es lo que Dios espera de mí”.

Los jóvenes argentinos también participaron del festival de influencers en el parque Cristonautas, donde nuestro país estuvo representado con la música de Filocalia, del cantante Pablo Martínez, y con un grupo de Santa Fe que estuvo bailando y haciendo coreografías del folclore nacional.

“La idea era mostrar un poco de nuestra cultura más allá de lo religioso. Invitaron a la gente a bailar, entonces estuvo divertido”, contó Gonzalo Blanco, que participó junto a la Delegación Nacional.

“Después nos unimos al víacrucis, que fue muy emotivo, en diferentes idiomas y con un coro excepcional. Lo fuimos siguiendo con un PDF que teníamos de las distintas estaciones”, explicó en declaraciones a AICA.

Por último, destacó que “la experiencia es por demás edificante, muy recomendada”, por lo que animan a todos los jóvenes a que vivan una JMJ. “Ojalá que esto se replique en las diócesis para que sea un espíritu evangelizador, que acompañe, que anime, que transforme”, concluyó.