“La Jornada Mundial de la Juventud es una ocasión para encontrar a Cristo, crecer en la fe y experimentar el tierno amor de Dios por todos sus hijos”, así valoró el Papa Francisco su reciente viaje apostólico a Lisboa, Portugal, con motivo de la 37ª Jornada Mundial de la Juventud.

Los comentarios del Santo Padre llegaron el miércoles, durante su audiencia general semanal en el Aula Pablo VI del  Vaticano, la primera desde su tradicional descanso de julio.

En la audiencia, el Papa reflexionó sobre su visita y los grandes frutos que ha proporcionado: “La Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, la primera después de la pandemia, fue sentida por todos como un regalo de Dios”. Dios, recordó el Papa, puso en movimiento el corazón y los pasos de los jóvenes, para ir al encuentro de Jesús.

Dios es Padre y ama a todos sus hijos
La Jornada Mundial de la Juventud, subrayó Su Santidad, es un encuentro con Cristo vivo a través de la Iglesia, “un encuentro que hace crecer en la fe y donde muchos descubren la llamada de Dios”, muchas veces “al matrimonio, a la vida consagrada, al sacerdocio”.

“Para todos y cada uno -dijo- es la alegría de descubrirse llamados, por la gracia, a formar parte del pueblo de Dios, un pueblo diferente... enviado a anunciar a todos los pueblos el Evangelio gozoso de Cristo: que Dios es Padre y ama a todos sus hijos".

De manera especial, recordó la presencia de la Santísima Virgen María en estos días y a lo largo de la historia. Y, especialmente, recordó su tiempo rezándole en Fátima y su eficacia cada vez que le hablamos: "María es la madre de todos, nunca nos hace esperar", dijo.

El Papa explicó que rezó en el lugar de la Aparición, junto con los jóvenes enfermos, "para que Dios sane al mundo de las enfermedades del alma", citando específicamente "el orgullo, la mentira, la enemistad y la violencia".

“Renovamos la consagración de nosotros mismos, de Europa, del mundo, al Corazón de María, al Inmaculado Corazón de María. Recé por la paz, porque hay tantas guerras de todas partes del mundo, tantas”.

Presente para encontrar a Cristo
El Papa elogió el gran número, la fe y el entusiasmo de los jóvenes, recordando, de manera especial, que los jóvenes de Ucrania trajeron consigo un relato muy doloroso, una experiencia muy diferente a la de otros peregrinos.

El Santo Padre sugirió que ellos, como muchos de los jóvenes, estuvieran presentes en la Jornada Mundial de la Juventud, "para encontrar a Cristo".

Denunció, además, que las guerras continúan, y también la de Ucrania. “La Jornada Mundial de la Juventud nos mostró que otro mundo es posible”, insistió, uno sin miedo, aislacionismo ni armas.

Francisco concluyó rezando a la Santísima Virgen María, para que bendiga a los jóvenes del mundo y al pueblo portugués. También agradeció a todos los involucrados en la organización de la Jornada, y a los jóvenes que también viajaron a Roma y estuvieron presentes en la audiencia general.

Del 31 de agosto al 4 de septiembre, el Papa viajará a Mongolia, convirtiéndose en el primer pontífice en viajar allí. Más adelante, en el mismo mes, Francisco pasará dos días en Marsella, Francia, para un encuentro sobre la migración en el Mediterráneo.