Alberto Fernández viajó anoche a Paraguay para participar de la ceremonia de asunción que comenzó antes de las 8 hora local (9 en la Argentina), cuando el hasta ahora presidente, Mario Abdo Benítez, entregó el bastón y la banda presidencial al presidente del Congreso, Silvio Ovelar.

Al comienzo de su discurso, Peña le agradeció al presidente del Partido Colorado, Horacio Cartes, acusado por corrupción en Estados Unidos.

Peña, de 44 años, ganó las elecciones del 30 de abril pasado con el 42,74% de los votos y ayudó al Partido Colorado, la fuerza política dominante durante los últimos tres cuartos de siglo, a asegurar la mayoría en ambas cámaras del Congreso.

Entre sus objetivos, Peña dijo que “el éxito es lograr que todos los paraguayos estén mejor y que el mundo sea testigo del resurgir de un gigante”.

En medio de la tensión entre la Argentina y Paraguay por el cobro de una tasa en la Hidrovía Paraguay-Paraná, Peña dijo que el manejo de la Hidrovía y el Corredor Bioceánico representa oportunidades y desafíos en el marco del Mecosur. “Son delicados procesos de equilibrio entre la integración y la soberanía de nuestros pueblos”, dijo.

La llegada a la Bahía del Palacio de López fue algo accidentada. La madre de Peña, la argentina Ana María Palacios, se cayó al bajar del auto, como se pudo ver en la transmisión oficial.

A continuación, Peña asistió al Solemne Te Deum en la Catedral Metropolitana, con motivo del inicio de un nuevo período constitucional y en conmemoración del 486° aniversario de la fundación de la ciudad de Asunción.

Por Estados Unidos está la secretaria del Departamento del Interior, Deb Haaland; la congresista Norma Torres; y el embajador ante la Organización de Estados Americanos, Francisco Mora.

Boric y Piñera, juntos

Boric viajó a Paraguay junto a su antecesor y rival político, Sebastián Piñera, en un gesto que causó sorpresa en Chile.

Boric, de izquierda, extendió la invitación a la asunción al conservador Piñera y ambos volaron juntos en el avión presidencial, donde tuvieron una charla de cerca de una hora y mostraron sus intenciones en colaborar para destrabar el proceso político de Chile.

“Sostuvimos una interesante conversación sobre temas atinentes a Chile, cómo podemos colaborar, trabajar juntos para destrabar el momento político en torno a reformas que son importantes para los chilenos y chilenas”, dijo Boric a periodistas al arribar a Asunción.

Es parte de la institucionalidad del Estado (...) y creo que estas instancias contribuyen a mejorar el diálogo, a mejorar el clima, y espero que hoy día no haya más excusas para que todos nos sentemos a la mesa y logremos un acuerdo por el bien de Chile”, afirmó el mandatario, quien atraviesa un difícil momento, en el que se tuvo que desprender de su amigo y ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson.

Por su parte, Piñera valoró la invitación de Boric de viajar juntos a Paraguay. “Más allá de las legítimas diferencias, que son muchas, la política exterior tiene que ser siempre una política de Estado”, dijo el exmandatario (2010-2014 y 2018-2022). El “diálogo debe existir”, añadió.

Un gesto similar se vivió durante la asunción de Lula da Silva en enero pasado, a la que Lacalle Pou viajó con los expresidentes José “Pepe” Mujica y Julio María Sanguinetti.

Brasil y Paraguay

“[Peña] Es un nuevo presidente, es un joven muy inteligente, es un joven que se preocupa por la relación con Brasil. Brasil tiene que entender a Paraguay así: Brasil tiene que crecer, pero sus vecinos también necesitan crecer. Brasil necesita crear oportunidades para que sus vecinos crezcan”, dijo Lula este lunes en una transmisión en vivo antes de viajar.

“[Paraguay] es un país vecino con el que queremos tener paz. De hecho, el último conflicto de Brasil fue la guerra del Paraguay, que no queremos volver a repetir. Ahora nuestra guerra es de paz, de trabajar juntos, de tener inversiones en ambos países, de construir cosas positivas para nosotros (...) de hacer de Paraguay un socio privilegiado en su relación con Brasil”, agregó.

Librada entre 1864 y 1870, la Guerra del Paraguay enfrentó a Paraguay contra una alianza formada por Brasil, la Argentina y Uruguay, y tuvo como resultado la destrucción de Paraguay y la pérdida de territorios en favor de Brasil y la Argentina.

Desafíos

Santiago Peña, quien se casó con su novia de la infancia y se convirtió en padre por primera vez a los 17 años, estudió economía en Asunción y luego política pública en la Universidad de Columbia en Estados Unidos.

Trabajó como economista en el banco central de Paraguay y luego en el FMI en Washington, antes de regresar a Asunción para unirse al directorio del banco central. Se convirtió en ministro de Finanzas en 2015.

“Santi”, como se lo suele llamar, prometió políticas favorables a las empresas centradas en la creación de empleo, impuestos bajos y la atracción de inversiones extranjeras.

Peña ahora tiene varios desafíos por delante. El apoyo diplomático de su partido a Taiwán ha perjudicado las exportaciones de granos de los agricultores locales a China, que reclama la soberanía sobre la isla autónoma. El vicepresidente de Taiwán, William Lai, se encuentra en Paraguay para la asunción.

Paraguay es uno de los pocos países del mundo que mantiene lazos diplomáticos formales con Taiwán, una isla que China considera parte de su territorio.

“Construiremos alianzas y cooperación con una visión geoestratégica, buscando acuerdos horizontales”, dijo Peña en su discurso. La relación de Paraguay con Taiwán “es una muestra de esto y del espíritu amigable y cooperativo de Paraguay con naciones a las que tenemos un gran afecto”.

Las relaciones con Estados Unidos también estarán en el punto de mira después de que el gobierno estadounidense acusara de corrupción al expresidente Horacio Cartes, de quien Peña es un delfín.

“Soy consciente de que no tengo margen de error y no podemos construir algo simplemente diciendo que me dieron carta blanca”, dijo Peña en una entrevista con la agencia Reuters la semana pasada. “Seremos constantemente examinados en cada decisión”.

En la entrevista, Peña dijo que impulsaría una mayor presencia policial en las calles para evitar las crecientes preocupaciones sobre la seguridad, tratar de controlar los precios para evitar una crisis del costo de vida, garantizar el acceso a la atención médica y fomentar la empresa privada. “Tenemos una deuda con el pueblo”, dijo.

Peña también quiere crear 500.000 nuevos puestos de trabajo en cinco años para impulsar la economía agrícola del país sudamericano, dominada por la soja y la carne de res.

Fuente: LN.-