Debemos "mantener viva" la visión de que "un mundo libre de armas nucleares es posible y necesario", y estoy convencido de que "el uso de la energía atómica con fines bélicos es inmoral, como inmoral es la posesión de armas nucleares". El Papa reitera lo que dijo en enero de 2022, antes del inicio de la guerra en Ucrania, durante el tradicional discurso de Año Nuevo al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, y luego el 24 de noviembre de 2019 en el Memorial de la Paz de Hiroshima. Francisco invita a tener en cuenta "la admonición profética del Papa Juan XXIII" en su encíclica Pacem in terris de que, "a la luz de la aterradora fuerza destructiva de las armas modernas", es aún más evidente que "las relaciones entre los Estados, como entre los individuos, deben regularse no por la fuerza armada, sino según los principios de la recta razón: los principios, es decir, de la verdad, la justicia y la cooperación vigorosa y sincera".
Hoy como hace 60 años en la Crisis de los Misiles de Cuba
En un mensaje enviado al cardenal Peter Turkson, canciller de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, y a los participantes en la Conferencia Internacional conmemorativa del 60 aniversario de la Encíclica Pacem in Terris de San Juan XXIII, sobre el tema "La guerra y otros obstáculos para la paz", que se celebra hoy y mañana 20 de septiembre en la Casina Pio IV del Vaticano, Francisco subraya que "el momento actual tiene un inquietante parecido con el período inmediatamente anterior a la Pacem in Terris", y con la crisis de los misiles de Cuba, que en octubre de 1962 puso al mundo al borde de una "destrucción nuclear generalizada". Y desgraciadamente en los últimos años, continúa explicando en el mensaje enviado a los estudiosos convocados por la Academia Pontificia y el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, las armas nucleares han crecido en número y potencia, y también han aumentado otras tecnologías bélicas, del mismo modo que está en peligro el consenso sobre la prohibición de las armas químicas y biológicas. Por este motivo, subrayó el Pontífice, "sigue siendo crucial la labor de las Naciones Unidas y de las organizaciones afines para sensibilizar a la opinión pública y promover medidas normativas adecuadas".
Las armas convencionales deben usarse sólo en defensa y no contra civiles
Del mismo modo, continúa el Papa Francisco en su mensaje, la preocupación "por las implicaciones morales de la guerra nuclear no debe eclipsar" los problemas éticos cada vez más urgentes que plantea el uso en la guerra contemporánea de las llamadas "armas convencionales", que deben utilizarse sólo con fines defensivos y no dirigidas contra objetivos civiles. Y concluye calificando de "muy oportuno que esta Conferencia dedique sus reflexiones a aquellas partes de la Pacem in Terris que tratan del desarme y de las vías para una paz duradera", esperando que las conclusiones del encuentro, "además de analizar las actuales amenazas militares y tecnológicas a la paz, incluyan una disciplinada reflexión ética sobre los graves riesgos asociados a la posesión continuada de armas nucleares, sobre la urgente necesidad de un renovado progreso en el desarme y sobre el desarrollo de iniciativas de construcción de la paz".