El Papa Francisco presidió, este sábado 30 de septiembre por la mañana, en la Plaza de San Pedro, el noveno consistorio de su pontificado para la creación de 21 nuevos miembros del Colegio Cardenalicio. Entre los nuevos purpurados tres argentinos: monseñor Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; monseñor Ángel Sixto Rossi SJ, arzobispo de Córdoba; y el padre Luis Pascual Dri OFMCap, confesor del santuario porteño de Nuestra Señora de Pompeya y quien, con 96 años, no asistirá personalmente a la ceremonia de imposición del birrete y entrega del diploma cardenalicio.

Diversidad en una Iglesia católica
En su homilía dirigida al Colegio Cardenalicio y a sus nuevos miembros (entre ellos 19 arzobispos y obispos y dos sacerdotes), el Papa reflexionó sobre la lectura de los Hechos sobre la historia de Pentecostés, en la que los Apóstoles se llenaron del Santo Espíritu y experimentaron el don de lenguas mientras predicaban el Evangelio a judíos de diferentes nacionalidades en Jerusalén (Hechos 2, 1-11).

Llamó la atención sobre la similitud entre todos los judíos de diferentes nacionalidades y lenguas que escucharon la predicación de los Apóstoles y los obispos y cardenales de nuestro tiempo, procedentes “de todas partes del mundo, de las más diversas naciones”.

Esto, señaló el Papa Francisco, ofrece una perspectiva diferente de la que tradicionalmente identifica a los pastores de la Iglesia con los apóstoles: la de aquellos pueblos de Jerusalén que recibieron el Kerygma, el anuncio del misterio de la salvación, y al acogerlo, pasó a formar parte de la Iglesia que habla todas las lenguas, es Una y es Católica”.

El don de ser evangelizados en nuestra propia lengua
Por ello señaló que antes de ser “apóstoles”, antes de ser sacerdotes, obispos, cardenales, pastores deben recordar que son “partos, medos, elamitas, etc.”. como aquellos judíos conversos, y deben estar agradecidos “por haber recibido la gracia del Evangelio en su propia lengua a través de sus abuelos y padres, catequistas, sacerdotes y religiosos”.

“Efectivamente -dijo- somos evangelizadores en la medida en que guardamos en nuestro corazón el asombro y la gratitud de haber sido evangelizados, incluso de ser evangelizados, porque esto es realmente un don siempre presente, que debe renovarse continuamente en nuestra memoria y en nuestra vida. fe." 

“En la 'carne' de nuestro pueblo, el Espíritu Santo ha obrado la maravilla de comunicar el misterio de Jesucristo muerto y resucitado. Y esto nos llegó 'en nuestro idioma'. La fe la transmiten 'en dialecto' las madres y las abuelas”.

Remarcando que “el Pentecostés no es cosa del pasado”, sino “un acto creativo que Dios renueva continuamente”, y que “la Iglesia, y cada miembro bautizado, vive el hoy de Dios, por la acción del Espíritu Santo” El Papa Francisco recordó a los cardenales que recibieron hoy la birreta que su nuevo rol renueva en ellos su “vocación y misión en y para la Iglesia”.

Trabajando por una Iglesia cada vez más sinfónica y sinodal
Aclaró esta misión con la imagen de la orquesta que encarna simultáneamente la diversidad y la unidad “representando la armonía y la sinodalidad de la Iglesia”.

“La diversidad es necesaria; es indispensable. Sin embargo, cada sonido debe contribuir al diseño común. Por eso es esencial la escucha mutua”, dijo el Papa, añadiendo que el director de la orquesta está llamado a ayudar “a cada persona y a toda la orquesta a desarrollar la mayor fidelidad creativa”.

De ahí el llamado al Colegio Cardenalicio a trabajar por “una Iglesia cada vez más sinfónica y sinodal” confiada en el Espíritu Santo que “crea variedad y unidad y “es la armonía misma”.

“Nos confiamos a su guía suave y fuerte, y al cuidado misericordioso de la Virgen María”, concluyó el Papa Francisco.