El Papa Francisco convocó para el viernes 27 de octubre una Jornada de Oración, Ayuno y Penitencia por la Paz. Los motivos son el temor por lo que está sucediendo en Tierra Santa y en los demás focos de guerra del mundo.

De hecho, el pensamiento del pontífice se dirigió, tras la audiencia general de este miércoles, a lo que está sucediendo en Palestina e Israel: “Las víctimas aumentan y la situación en Gaza es desesperada, por favor, hagan todo lo posible para evitar una catástrofe humanitaria.”

Lo que preocupa a Francisco es la posible ampliación del conflicto, mientras en el mundo hay ya tantos frentes de guerra abiertos: “Silencien las armas, escuchen el grito de paz de los pobres, de la gente, de los niños. La guerra no resuelve ningún problema, sólo siembra muerte y destrucción. Aumenta el odio, multiplica la venganza. La guerra borra el futuro”, pidió.

El Papa no se cansa de exhortar a la oración, que es, como ha dicho en varias ocasiones, la "suave y santa fuerza que tenemos para combatir el odio".

“Por favor, hermanos y hermanas sigamos rezando por la paz en el mundo, especialmente en la martirizada Ucrania de la que ahora ya no se habla, pero donde el drama continúa.”

La exhortación dirigida a los creyentes es, por tanto, a "tomar un solo partido en este conflicto: el de la paz", con total oración y entrega. De ahí la decisión de convocar una jornada de oración, que se celebrará mañana, viernes 27 de octubre, en la basílica San Pedro a las 18 (hora local en Roma).

La invitación se dirige también a "hermanos y hermanas de diversas confesiones cristianas, pertenecientes a otras religiones y a todos aquellos que tienen en el corazón la causa de la paz". La petición de preparar iniciativas similares se extiende también a todas las Iglesias particulares.