Dolor por las víctimas y cercanía espiritual a sus familias. Estos son los sentimientos expresados en el telegrama del Papa, firmado por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, y dirigido al obispo de Portland (Estados Unidos), monseñor Robert Deeley, enviado tras el dramático tiroteo masivo en Lewiston (Maine), donde un hombre mató a 18 personas.

El mal vencido por el bien 

El Papa, afirma el texto, "se ha enterado con profundo dolor de la terrible pérdida de vidas causada por el tiroteo masivo en Lewiston y expresa su cercanía espiritual a todos los que sufren por esta tragedia indecible, especialmente a las familias que han perdido a sus seres queridos". Francisco, prosigue el telegrama, "encomienda las almas de los difuntos a la amorosa misericordia de Dios Todopoderoso y reza por la curación de los heridos y del personal médico que los atiende. También elogia los nobles esfuerzos de los socorristas que se pusieron en peligro para proteger a la comunidad". Francisco, citando a continuación la Carta de San Pablo a los Romanos, expresa su "firme confianza en que, ayudados por la gracia de Dios", se puede "vencer el mal con el bien".

El suicidio del asesino

El cuerpo del hombre que causó la masacre, Robert Card, un ex soldado y francotirador, fue encontrado anoche en el bosque no lejos de Lewiston, el hombre presuntamente se suicidó.