El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, manifestó su dolor por la situación en Medio Oriente, por la pequeña comunidad cristiana en Gaza y por Ucrania, donde “una guerra muy sangrienta continúa”.

En declaraciones a los periodistas en la Embajada de Italia ante la Santa Sede, en el marco del acto sobre el tema del abuso infantil, el cardenal Parolin manifestó que hay “una preocupación muy grande” sobre el drama que se vive en Medio Oriente. 

"La preocupación continúa", afirmó, reiterando su condena por las acciones de guerra contra los hospitales. “El respeto a los hospitales y lugares de culto es un aspecto fundamental del derecho internacional humanitario. No hay razón para usar hospitales para acciones de guerra". Por eso, afirmó, "la condena es total" al respecto.

Liberación de rehenes y alto el fuego
Reiterando que estamos "trabajando" en un posible encuentro entre el Papa y las familias de los rehenes ("Esperamos poder realizarlo lo antes posible"), el cardenal expresó luego la esperanza de que "alcanzaremos la liberación" de los hombres, mujeres y niños israelíes que aún están en manos de Hamás. 

“Creemos que la liberación de los rehenes es uno de los puntos fundamentales de la solución al problema actual, del aspecto humanitario: se trata de mujeres, hombres, niños, recién nacidos, mujeres embarazadas”. 

El otro objetivo fundamental destacado por el Secretario de Estado es lograr el "alto el fuego" y, junto a éste, "la llegada de ayuda, la atención a los heridos". Estos son "los dos 'centros' principales sobre los que debería girar la solución al problema", afirmó.

Preocupación por la comunidad cristiana en Gaza
A continuación, hizo suyas las palabras pronunciadas ayer por el patriarca latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, dirigidas a los obispos de la CEI (Conferencia Episcopal Italiana) reunidos en Asís para la Asamblea general extraordinaria, a los que les habló por videoconferencia. En particular, Parolin compartió con Pizzaballa su preocupación por la comunidad cristiana de Gaza, "que es una comunidad pequeña, muy pequeña, de 150 personas", que ahora se refugia "en el recinto de la Iglesia, donde ya había muchas otras personas".

“Esta preocupación se extiende a todos, porque el corazón de la Iglesia no puede cerrarse a los demás”, dijo el cardenal, subrayando “la apertura de estos espacios a quienes quisieran utilizarlos, y la petición de atención y cuidado para todos”. 

Hay atención hacia todos -subrayó-. El dolor nos une, ante el dolor no hay distinción." El cardenal también explicó que se "dejó claro" que, actualmente, "hay personas en la Iglesia". “Hemos recibido algunas garantías, pero como bien saben, la guerra no hace distinciones. Llego hasta aquí y me detengo allí... El foco del problema es lograr un alto el fuego total".

Y también es un problema la perspectiva de que el conflicto en curso "contribuya a continuar y tal vez aumentar el éxodo de cristianos, que es una realidad dramática en Tierra Santa y en todo Oriente Medio", donde los conflictos siempre han sido una de las "razones fundamentales" del éxodo de los cristianos", impulsados por la violencia "a partir, para encontrar seguridad y paz en otros lugares".

Mientras tanto, continúan los intentos diplomáticos: "Me parece que Egipto y Qatar están haciendo algo",dijo. Pero también expresó que, como representantes de la Santa Sede "estamos en contacto -aunque no hay mediación directa- con diversos interlocutores, para intentar echar una mano y favorecer para que surja una solución al problema".

En Ucrania hay pocas perspectivas de solución
Siguiendo con el tema de la guerra, la atención se centró en Ucrania, de la que, como señalaron los periodistas, "cada vez se habla menos". “Esto depende de ustedes”, respondió Parolin. “Son ustedes los que prestan atención a uno y no a otro. En cambio, todos estos conflictos deberían estar presentes, especialmente el de Ucrania, porque es un conflicto muy, muy sangriento". 

El Secretario de Estado dijo estar "conmocionado" y "muy entristecido" por "todas las pérdidas registradas en ambos campos". Y subrayó que en Ucrania "no hay grandes perspectivas de solución lamentablemente, pero también allí debemos encontrar una salida a esta tragedia".  

Encuentro entre Estados Unidos y China
De ahí la esperanza expresada varias veces por el Papa Francisco,, pero también por el propio Parolin de una nueva Conferencia de Helsinki, en referencia al acontecimiento de 1975 que frenó la Guerra Fría

“Esperemos, esperemos”, exclamó el cardenal. Una señal positiva, añadió, llegó ayer con la reunión entre Biden Xi en San Francisco. Para Parolin se trata, ciertamente, de "un paso adelante en las relaciones entre Estados Unidos y China, ya que ambos dijeron que no podemos darnos la espalda unos a otros". Bueno, me parece que esto es un avance, en una situación de tensión general".

“Sin duda -observó el purpurado- si hubiera voluntad por parte de todos, realmente podríamos lograr convocar una conferencia internacional donde se reviviera el espíritu de Helsinki”. Pero primero es necesario "redescubrir un mínimo de confianza mutua, que es también lo que falta hoy". No nos aceptamos, somos desconfiados e incluso hostiles". Helsinki, en cambio, "nació precisamente de la convicción de que podríamos hacer algo juntos, de que podríamos lograr algunos avances". 

Desde este punto de vista, el cardenal se muestra optimista: "Siempre hablamos de cosas negativas, muchas, demasiadas", pero "hay también algunos signos de esperanza". Esperamos que esto se fortalezca".