Miguel Woites, por casi seis décadas al frente de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), murió hoy a los 95 años en el barrio porteño de Barracas; y tras dedicar su vida al servicio de la Iglesia y la difusión de la Buena Noticia.

Los restos mortales de don Miguel serán velados este viernes, de 20 a 23, en la Cochería Vieytes (Vieytes 1229, del barrio porteño de Barracas) y mañana, sábado 18 de noviembre, a partir de las 9 en la basílica del Sagrado Corazón (avenida Vélez Sarsfield e Iriarte); a continuación la misa de cuerpo presente. El entierro será a las 12 en el Parque Memorial, del partido bonaerense de Pilar.

Quienes conocimos y trabajamos en AICA, despedimos con tristeza, respeto y orgullo a un profesional de la comunicación que abrazó este oficio desde la perseverancia, el estudio y la lucha que aprendió como integrante de la Juventud Obrero Católica.

Don Miguel, como lo llamaban muchos, fue un hombre de fe, íntegro, bonachón y siempre dispuesto a dar una palabra de aliento y a hacer una corrección fraterna; pero, sobre todo, una persona que reivindicó y defendió el valor de la familia. No sólo la propia, sino la que se construye en ámbitos profesionales y en el quehacer cotidiano; en la vida diaria. 

Un hombre sabio de la puerta de al lado, como nuestro Papa Francisco habla de los santos, y acorde a la definición de sabiduría que el cardenal Ángel Rossi SJ dio en su última homilía dominical. Otro rasgo de su personalidad fue el de ser amigo, amigo de verdad; en muchos casos, de personas que pensaban completamente distinto que él.

Siempre supo adaptarse a los cambios de nombres en la vida de la Iglesia; y hasta se sorprendió con el anuncio de que Jorge Bergoglio era el nuevo pontífice. “Nunca pensé que un argentino llegaría a ser Papa”, admitió una vez. También se fue acomodando a los cambios de los tiempos y la tecnología. No olvidaba sus comienzos con la máquina de escribir Olivetti o la impresora Rotaprint; pero enseguida se adaptó a la computadora, a la impresora láser y al celular.

Adiós, Miguel, se lo va a extrañar; lo vamos a extrañar. Estos últimos años, ya se hacía difícil ver esa silla vacía detrás de ese escritorio lleno de papeles y libros. Quedan en la memoria de cada uno sus comentarios sobre tal o cual nota periodística; pero especialmente esas correcciones de las noticias con birome roja; o la búsqueda del significado de alguna palabra, para su correcto uso en cualquier escrito.

Adiós, Miguel, se lo va a extrañar; lo vamos a extrañar. Adiós "patriarca" como, un poco en broma y un poco en serio, habíamos comenzado a llamarlo. Lo bueno, se va reencontrar con su amada Porota, con quien compartió 70 años de matrimonio. Hasta cualquier momento.

Una vida al servicio de la Iglesia y la difusión de la Buena Noticia
El 17 de mayo de 1966, el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Antonio Caggiano, en su carácter de presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, nombró a Miguel Woites director de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), en reemplazo del padre Arnaldo C. Canale (después obispo auxiliar y vicario general de Buenos Aires). Había ingresado en la agencia en 1957 y hasta ese momento era jefe de redacción.

Miguel Woites nació en Lincoln, provincia de Buenos Aires, el 7 de junio (Día del Periodista) de 1928.

Estuvo casado 70 años con Lidia Amitrano, quien falleció el 7 de abril de 2023 a los 94 años. Tuvieron 5 hijos, 27 nietos y 33 bisnietos.

Cursó sus estudios en institutos de la Orden Mercedaria en Ranelagh, provincia de Buenos Aires y en la ciudad de Mendoza.

En su juventud militó en la Juventud Obrera Católica (JOC) de la que llegó a ser presidente nacional en 1949 y 1950, donde además se inició en el periodismo dirigiendo los periódicos Juventud Obrera y Cruz y Espiga.

En 1957 el presidente de la comisión de comunicaciones de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Antonio José Plaza, arzobispo de La Plata, le solicitó en nombre de los demás obispos su colaboración para afirmar la agencia recientemente creada por ellos. Así Woites inició su aventura en AICA.

Simultáneamente con su actividad en la agencia fue columnista de EsquiúEl País desde RosarioAquí Molinos y Gente. Fundó y dirigió Nuestras Aves, órgano de la Asociación Ornitológica del Plata, de la que fue vicepresidente. Colaboró durante diez años en la agencia Télam y participó en los años 60 del programa televisivo Parlamento 13, del canal homónimo.

Fue presidente del Club Gente de Prensa, que reúne a periodistas católicos de la Argentina, y fue miembro del Consejo Directivo de la Federación Internacional de Agencias Católicas (FIAC).

Tuvo a su cargo las oficinas de prensa en las visitas de Juan Pablo II a la Argentina en 1982 y 1987; del VIII Congreso Eucarístico Nacional; y de la Comisión de Prensa del Primer Congreso Catequístico Nacional.

El papa Juan Pablo II lo distinguió con el título pontificio de Caballero Comendador de la Orden de San Gregorio Magno en el rango civil, galardón que le fue impuesto el 19 de diciembre de 1986 por el cardenal Juan Carlos Aramburu.

Miguel Woites recibió, el 19 de noviembre de 2009, el diploma de periodista "honoris causa" del Instituto Grafotécnico, por su trayectoria y misión en el periodismo y en la Agencia Informativa Católica Argentina.

El 10 de octubre de 2019 le fue entregada, en el Salón Dorado de la Legislatura porteña, la Declaración de Personalidad Destacada de la ciudad de Buenos Aires en el ámbito de la comunicación.

La Orden Mercedaria en la Argentina resolvió que Woites sea admitido en la Familia Mercedaria Argentina como Hermano de la Primera Orden; y se despidió de este mundo vistiendo el hábito de la Madre de la Merced que le fue entregado el 6 de diciembre de 2019.