El Papa Francisco presidió este domingo 19 de noviembre el rezo del Ángelus, y ante un grupo numeroso de fieles en la Plaza de San Pedro, el pontífice recordó la parábola de los talentos, que se narra en el Evangelio de Mateo, y aseguró que “podemos aprender dos modos diversos de acercarnos a Dios”, señaló.

El primer modo, señaló, “es el de aquel que entierra el talento recibido, que no sabe ver las riquezas que Dios le ha dado: él no se fía ni del señor ni de sí mismo. Frente a él siente miedo, no ve el aprecio y la confianza que el señor deposita en él, sino el modo de actuar de un patrón que pretende más de lo que da, de un juez que proyecta la sombra de sus duros castigos sobre los fracasos de los demás”. 

Esta, aseguró el Pontífice, “es su imagen de Dios: no es capaz de creer en su bondad, no es capaz de creer en la bondad del Señor hacia nosotros. Por eso se bloquea y no se deja implicar en la misión recibida”.

Confiar en Dios y arriesgar

El segundo modo, destacó, se ve en los otros dos protagonistas, que corresponden la confianza de su señor confiando a su vez en él. “Invierten todo lo que han recibido, incluso si no saben al principio si todo irá bien: estudian, ven las posibilidades y prudencialmente buscan hacer lo mejor, aceptan el riesgo de jugársela. Se fían, estudian y se arriesgan. Así tienen el valor de actuar con libertad, de modo creativo, generando nueva riqueza”, manifestó el pontífice.

El Papa invitó a reflexionar “acerca de la disyuntiva que tenemos frente a Dios: miedo o confianza: O tienes miedo delante del Señor o tienes confianza en el Señor”, dijo. 

Y recordó que “nosotros, como los protagonistas de la parábola, hemos recibido unos talentos, más valiosos que el dinero. Pero mucho de cómo los invertimos depende de la confianza en el Señor, que nos libera el corazón, nos hace ser activos y creativos en el bien”.

Francisco aseguró: “La confianza libera, siempre; el miedo paraliza”, oportunidad en la que además dijo que esta frase también vale “para la educación de los hijos”.

Finalmente, preguntó en voz alta: “Como Iglesia: ¿cultivamos en nuestros ambientes un clima de confianza y estima mutua que nos ayude a avanzar juntos, que desbloquee a las personas y estimule la creatividad del amor en todos?”. 

“Que la Virgen María nos ayude a vencer el miedo, nunca tengan miedo de Dios, temor si, miedo no, y a fiarnos de Dios”, concluyó.