Defender con éxito la corona que conquistó el año pasado era la consigna de Francesco Bagnaia en 2023. Una tarea que solo Valentino Rossi y Marc Márquez lograron en la era moderna del MotoGP y a la que ahora se suma el turinés, de 26 años, que se consagró bicampeón el imponerse en el Gran Premio de Valencia.

Los laureles se quedarían en Ducati, aunque restaba saber si le corresponderían a Pecco, que es piloto oficial, o a Martín, que responde a Prima Pramac, equipo satélite. No fue una casualidad que la cúpula de la factoría de Bolonia fuera a consolar al español, que desesperado por recortar la desventaja –terminó siendo de 20 unidades- a poco estuvo de llevarse por delante a Bagnaia, tres giros antes de protagonizar el accidente y eliminación con Márquez. Una definición que con el desenlace asomó cómoda, pero que resultó ajustada, después de 20 fechas y 39 carreras, porque por primera vez en la historia el MotoGP disputó jornadas dobles, entre la carrera Sprint y el gran premio.

La corona de 2022 pareció serenar a Bagnaia y desde el box el equipo lo refleja: “Ahora no pierde los nervios. Es más cabeza que corazón, analítico”, comentaron los mecánicos e ingenieros que comparten la gloria y también los fracasos con Pecco. Y esas virtudes las sacó a relucir cuando Martín –veloz a una vuelta, pero con estrategias menos sólidas- presionó para arrebatarle el cetro. No necesitó de órdenes de equipo y cuando la exigencia era apremiante expuso ser el mejor. “Si llevas el N°1 debes demostrarlo”, confesó Bagnaia, tras la remontada en Mandalika, Indonesia, donde ganó tras partir decimotercero. Era una señal de convencimiento y una respuesta a quienes miraban de reojo que utilizara ese número, que ningún campeón repetía desde 1998, con el australiano Mike Doohan (Honda).

La estadística ofrece consistencia: Pecco no hizo podio solamente cuando se cayó. Ganó siete grandes premios y subió 15 veces al podio el domingo y la cuenta fue de cuatro victorias en carreras Sprint y 13 visitas al espacio de las celebraciones el día anterior. Y la fortaleza anímica le posibilitó reponerse de la crítica caída en Cataluña, que coincidió con la avanzada que ejecutaba Martín.