En un mensaje al Foro Económico Mundial de Davos 2024, el Papa Francisco instó a las empresas y a los líderes mundiales a garantizar que el desarrollo económico beneficie a todos y siga ligado a la solidaridad.

Los referentes de los negocios y la política globales se codean esta semana en Davos, Suiza, con el tema: “Reconstruir la confianza”.

Para recordar a los líderes mundiales su deber hacia toda la humanidad, el Papa Francisco envió un mensaje al Foro Económico Mundial 2024, que fue leído el martes por el cardenal Peter Turkson y publicado el miércoles.

En su mensaje, el pontífice manifestó que el mayor desafío que enfrenta la humanidad es garantizar la convivencia pacífica y el desarrollo integral para todos.

“Es mi esperanza”, dijo, “que los participantes en el Foro de este año sean conscientes de la responsabilidad moral que cada uno de nosotros tiene en la lucha contra la pobreza, el logro de un desarrollo integral para todos nuestros hermanos y hermanas, y la búsqueda de una convivencia pacífica entre los pueblos”.

Aguas globales agitadas
El Papa Francisco señaló que el Foro de Davos se lleva a cabo este año en “un clima muy preocupante de inestabilidad internacional” y añadió, ofrece a los líderes mundiales la oportunidad de explorar formas innovadoras de construir un mundo mejor, y los instó a encontrar formas de fomentar “la cohesión social, la fraternidad y la reconciliación” entre todas las personas.

Al mismo tiempo lamentó las guerras y los conflictos prolongados que desgarran partes del mundo, muchos de los cuales están causando muerte y destrucción entre los civiles.

“La paz que anhelan los pueblos de nuestro mundo no puede ser otra que el fruto de la justicia”, afirmó. “En consecuencia, exige algo más que simplemente dejar de lado los instrumentos de guerra; exige abordar las injusticias que son las causas fundamentales del conflicto”.

Creciente desigualdad
Refiriéndose a las causas del conflicto, el Papa señaló la prevalencia del hambre y la explotación de los recursos naturales, incluso cuando algunas partes del mundo desperdician alimentos y unos pocos elegidos se enriquecen con las industrias extractivas.

También condenó la “explotación generalizada de hombres, mujeres y niños obligados a trabajar por salarios bajos y privados de perspectivas reales de desarrollo personal y crecimiento profesional”.

“¿Cómo es posible”, se preguntó, “que en el mundo actual la gente siga muriendo de hambre, siendo explotada, condenada al analfabetismo, careciendo de atención médica básica y sin techo?”

Brújula moral para guiar la globalización
La globalización tiene una dimensión profundamente moral, dijo el Papa Francisco, y agregó que el desarrollo requiere una brújula moral para guiar las discusiones que moldean el futuro de la comunidad internacional.

Invitó a empresas y estados a trabajar juntos para promover “modelos de globalización con visión de futuro y éticamente sólidos”.

El desarrollo, dijo el Papa, “debe implicar subordinar la búsqueda del poder y el beneficio individual, ya sea político o económico, al bien común de nuestra familia humana, dando prioridad a los pobres, los necesitados y aquellos en las situaciones más vulnerables”.

Finalmente, el pontífice llamó a los líderes empresariales y políticos a priorizar la distribución equitativa del progreso, para que las personas económicamente desfavorecidas puedan cosechar los beneficios del crecimiento global.

“El auténtico desarrollo debe ser global, compartido por todas las naciones y en todas partes del mundo, o retrocederá incluso en áreas marcadas hasta ahora por un progreso constante”.