En un mensaje con motivo de la canonización de Mama Antula, la primera santa argentina, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, destacó algunas notas de la vida de esta mujer laica del siglo XVII que considera “muy necesarias para nuestra época”.

Por un lado, se refirió a María Antonia de Paz y Figueroa como “una santa audaz, comprometida con su época, que se jugó a fondo por lo que creía”, que era fundamentalmente llevar adelante los ejercicios espirituales de San Ignacio por su gran amor a Jesús.

En segundo lugar, destacó que la santa “vivía la idea de la comunidad, porque sabía que el evangelio era para todos” y señaló que en sus ejercicios espirituales “ella juntaba a todos como hermanos”.

También señaló su testimonio de “mujer laica alegre” y reveló que entre sus devociones estaba san Felipe Neri, justamente el santo de la alegría.

Por último, monseñor García Cuerva dio gracias a Dios por esta nueva santa, y añadió: “Le damos gracias a ella por su testimonio de vida y al mismo tiempo le pedimos que nos regale la audacia y la creatividad apostólica que ella tuvo; que nos regale la idea de la fraternidad y la de vivir en comunidad con todos, porque somos hermanos más allá de nuestras diferencias; y que nos regale, porque la necesitamos mucho, la alegría".